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Dembélé (en la imagen, lesionado en Getafe) podría no reaparecer hasta 2018. Reuters
Así es el Barcelona que espera al Málaga

Así es el Barcelona que espera al Málaga

La salida de Neymar y la lesión de Dembélé lo ha llevado a usar el 4-4-2 en algún encuentro

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Sábado, 21 de octubre 2017, 00:25

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El Barcelona está salvando de momento con nota en la Liga y la Champions una temporada que se presumía muy complicada. Atrás quedó el doble correctivo de la Supercopa ante el Real Madrid y una planificación deportiva difícil de justificar, con una falta de anticipación a los problemas que planteaba el ‘caso Neymar’ y condenado a pagar el doble o el triple del valor del mercado por los jugadores que colocó en su punto de mira.

El balance actual es que el cuadro azulgrana lo ha ganado todo después salvo el empate en el Wanda Metropolitano (1-1), que dejó un buen sabor por el rival en cuestión (el Atlético, un claro candidato a la tercera plaza), la reacción en la segunda mitad y el tanto postrero de Luis Suárez. Sin embargo, casi nadie puede dudar de que Valverde ha de manejarse con una plantilla con menos potencial futbolístico que la que disfrutó Luis Enrique las últimas tres temporadas. Ya no sólo porque es complicado exigir a estas alturas que Dembélé (fichaje más caro en la historia del club, por 140 millones) esté a la altura de Neymar, sino porque futbolistas como Mascherano o Iniesta se acercan al fin de su carrera.

Con lo que no se contaba es con la temprana lesión de Dembélé, con una rotura en el tendón del bíceps femoral de la pierna izquierda en la cuarta jornada, en su segunda actuación liguera (16 de septiembre). En circunstancias normales, después de ser operado en Finlandia, el francés no volverá a jugar hasta 2018 y esto ha planteado un serio problema cara a las rotaciones y la estructura táctica del equipo.

Descompensado

El Barcelona de Valverde se ha convertido en un equipo descompensado en las bandas. Ya era notorio en la etapa de Luis Enrique que el lateral derecho (normalmente Sergi Roberto, no un especialista) sufría más en defensa por no contar con ayudas, salvo las que le ofreciera el interior. Messi no ocupa normalmente la banda, como sí hacía Neymar en la izquierda. Ahora no hay teórico extremo zurdo, y Jordi Alba (hoy sustituido por Digne) tiene casi todo el carril para él.

Sin extremo izquierdo claro, el lateral en esa banda sufre mucho más en defensa

La opción más recurrente de Valverde es formar un trío de ataque con Deulofeu, Messi y Luis Suárez, que ahora tiende a volcarse algo más a la izquierda, aunque sin abandonar su rol de delantero. Sin embargo ‘Deulo’ no está terminando de aprovechar la oportunidad ni ha demostrado aún estar para los grandes partidos.

De salida ya hay algún encuentro en el que el Barcelona ha partido con un 4-4-2, un esquema muy inusual en el cuadro azulgrana desde la etapa de Cruyff. Valverde, poco dado a repetir propuestas, demuestra buena mano a la hora de explotar de la mejor forma posible los recursos de que dispone, aunque sus rotaciones no están siendo muy profundas. No cuenta con Arda y Vermaelen, que siguen lastrados por continuos problemas físicos, y está empezando a quedar apartado Alcácer. Como quiera que Digne, Denis Suárez o Aleix Vidal no terminan de exhibir virtudes que les hagan indiscutibles, la nómina para rotar no es tan amplia.

Hay otra diferencia importante en el nuevo Barcelona, la llegada de Paulinho, un futbolista sin grandes virtudes cara a la fluidez del juego ofensivo, pero con mucha facilidad realizadora y capacidad para robustecer el centro del campo, uno de los principales problemas en los últimos meses con Luis Enrique, cuando el Barcelona se partía en exceso y Busquets quedaba demasiado expuesto a las transiciones del rival.

Existe otra clave: sin Neymar ni Dembélé, los rivales entienden que neutralizar a Messi adquiere más valor que en el pasado.De ahí que Kovacic y Maffeo le hicieran marcajes individuales por todo el campo, más descarado en el caso del defensa del Girona. ¿Optará por ello Míchel?

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