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Sábado, 10 de marzo 2018, 00:29
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Seguramente no se habrá dado un partido en esta Liga con cifras más llamativas que el de hoy en Martiricos. Como esos 56 puntos que separan al Málaga y al Barcelona, una distancia inédita en la historia del campeonato tras la vigésima séptima jornada. O el hecho aún más concluyente de que los azulgrana, líderes e invictos, no hayan perdido en 34 choques ligueros y que su última derrota fuese... en La Rosaleda.
Pero entre aquel 8 de abril y el 10 de marzo actual ha llovido de lo lindo, mucho más que estas últimas semanas. Recordar el once que protagonizó aquel 2-0 resulta un ejercicio curioso: Kameni; Rosales, Luis Hernández, Llorente, Ricca, Juan Carlos;Camacho, Pablo, Juanpi, Recio, ySandro. Aun incluyendo a los que actuaron como suplentes (Jony, Peñaranda y Charles) sólo pueden repetir un máximo de tres esta noche: Rosales, Luis Hernández y Ricca, al que no parece frenar una fisura en una costilla, tras un costalazo en el partido en Leganés.
El Málaga de hoy acumula tres meses sin vencer (desde el 12 de diciembre). Ha sumado dos puntos de treinta y seis, y lleva seis derrotas consecutivas. Su confianza está bajo mínimos después de que en Leganés perpetrara el que para muchos ha sido el peor partido de la temporada, y no era fácil la elección.
Así las cosas, resulta casi estéril debatir acerca de si José González podría plantearse una revolución en el once para atestiguar su descontento con lo sucedido en Butarque. Por lo pronto, sólo ha habido dos novedades en la convocatoria, las de Lestienne y el controvertido Success, que desplazan a Juanpi y Borja Bastón. «Ojalá tuviera su cuerpo. Se dice que está gordo, y es una bestia», zanjó el gaditano el debate acerca de los kilos de más del nigeriano. El caso es que Diego sigue fuera de la lista, sin una razón aparente.
Los ocho puntos que separan aún al Málaga de la zona de permanencia son también la misma distancia que media entre el Barcelona y su más inmediato perseguidor, el Atlético, para alzarse con el título liguero. Otra estadística curiosa de un encuentro que ha provocado que se agoten las entradas en La Rosaleda, aunque esta circunstancia seguramente tiene mucho más que ver con el aliciente de ver a las estrellas azulgrana que el de padecer un nuevo capítulo de la agonía blanquiazul.
El Barcelona, que llega este mediodía (a las 12.30 horas, y que se alojará en el Hotel Vincci Posada del Patio), comparece con la cautela lógica ante una situación tan extrema: líder ante colista. El cuadro catalán ya tiene la experiencia negativa del tropiezo en Las Palmas (1-1), otro equipo en zona de descenso, en la última salida, más allá de que no le resultara nada favorable el arbitraje. En esta etapa de Valverde, el equipo ofrece un fútbol mucho más práctico y eficaz, pero menos efectista y atractivo de ver. Encaja muchos menos goles y suele tener un registro habitual en las salidas, un piloto automático para sobar el balón sin profundidad alguna y en el que casi siempre suele estar en el campo André Gomes, quien mejor encarna este patrón. El equipo viaja sin los lesionados Semedo, Iniesta y Denis Suárez, y el único descarte fue Mina.
Las páginas de apuestas son el mejor testigo de la falta de confianza en una sorpresa del Málaga que pesa en el ambiente, pero en el fútbol no hay nada escrito, como se encargó de recordar ayer Jose. ¿Podría significar otra vez el Barcelona un punto de inflexión para el equipo?
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