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TEMPORADA 46-47

Machín, el 'mosquetero' del Málaga

Se pensó que sería un gran refuerzo, pero solo duró seis meses

Juan Cortes

Lunes, 16 de septiembre 2019

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Cuando el día 27 de julio de 1946 se anunció, fue una bomba que explotó entre los seguidores. Aunque por el titular habían pasado muchos famosos –venidos a menos, eso sí–, el que se anunciara el fichaje de Machín convulsionó a la afición. Sus lauros con el Atlético de Madrid estaban todavía cercanos, frescos. Que uno de 'los tres mosqueteros' del equipo rojiblanco se inscribiera en la nómina malaguista causó sorpresa. Se pensó que sería un gran refuerzo. Y en la prensa local el vespertino 'La Tarde' –a través de Fernando González Mart 'Fidelito'– se escribió lo que era vox pópuli. Venía a decirse que nadie podía explicarse cómo el equipo que entrenaba Ricardo Zamora había podido dejar en libertad a 'Machorro'», que era como se le conocía cuando llegó a Madrid procedente de Las Palmas. Era uno de 'los tres mosqueteros', como eran conocidos Gabilondo, Germán y Machín, que habían formado juntos en el equipo nacional.

Trató de aclararle la situación al inolvidable Fidelito otro histórico colega, Carlos Méndez, que era 'Cronos' en 'Marca'. Este recomendaba paciencia con Machín. Y advertía que no tardaríamos mucho en saber por qué el equipo madrileño, del que además era seguidor y hasta hincha, lo había dejado marchar. «Cuando Machín se suelte el pelo, ya nos dirá el colega si se explica o no la carta de libertad concedida a Paco Machín». Quizás ni el mismo Cronos, que lo conocía bien, llegara a pensar lo pronto que le iba a dar la razón. Pero así fue. Porque solo había jugado cinco partidos de Liga cuando el presidente recién llegado (noviembre del 46) le comentó a Guillermo Campanal, igualmente recién llegado al banquillo local, lo conveniente que era encontrar una solución para «quitarse de encima» a Machín. Llevaba en la plantilla seis meses y cuatro días.

En tan corto tiempo había proporcionado muchos problemas. No ya solo porque su rendimiento quedara muy por debajo de lo que se esperaba, sino porque su comportamiento no fue precisamente muy profesional. Se le concedió la baja el 31 de enero de 1947. Encontró enseguida un nuevo equipo. Fue el Jerez, lo que permitió que los aficionados que parecían estar al tanto de todo, dijeran –con sorna, claro–, que el dinero que el equipo jerezano había gastado en su incorporación lo habían aportado «los bodegueros, para poder recuperarlo enseguida». Machín murió en Madrid en 1979. Cuando colgó las botas, vivió en la capital, donde desempeñó el cargo de ordenanza en el Ministerio de Obras Públicas. Mereció la concesión de la Cruz de Plata al Mérito Civil.

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