Cuando los dirigentes del Málaga analizaban en enero o febrero la situación de aquellos jugadores que acabarán contrato el último día de junio de 2015, siempre surgía la duda sobre uno de los afectados, Juanmi. Llevaba más de dos años estancado (luego Bernd Schuster se sintió muy satisfecho con él en Pamplona o Vigo) y la reflexión se repetía. «¿Ysi se va y rompe?», comentaban. Poco a poco su crédito había desaparecido, pero no la esperanza de una remontada en su carrera. A día de hoy la decisión debiera estar más que tomada. Todos se congratulan de ver al coineño más competitivo y maduro que nunca.
Alguien puede pensar que este Juanmi que se ve ahora, luchador hasta la saciedad y muy participativo (pese a que en la banda pierde brillo), tiene también la motivación de que acaba contrato al final de la temporada. Y quizá no le falte razón. Sin embargo, sus más cercanos en el vestuario y también aquellos que lo esperaban como agua de mayo ya vieron un punto de inflexión en su trayectoria durante la segunda vuelta del ejercicio anterior.
La satisfacción de Schuster
«Estoy satisfecho con él. Le he pedido que haga dos o tres cosas, y ha cumplido a la perfección. Es un futbolista interesante y muy aprovechable». Esa fue la confesión de Bernd Schuster a quien suscribe en el regreso desde Pamplona, cuando el Málaga se impuso al equipo de Javi Gracia por 0-2. «Nos va a venir muy bien, ya verás», añadió el germano. En un partido decisivo y con el lastre de la justa expulsión de su inseparable amigo Jesús Gámez, Juanmi salió a siete minutos del final para sustituir a Amrabat. El técnico le pidió presionar arriba, tocar el balón sin arriesgar y forzar faltas. Y, claro está, no dejarse impresionar por el ambiente de El Sadar. Su respuesta fue tan positiva que dos semanas más tarde, en Vigo y de nuevo en inferioridad numérica (esta vez por la tarjeta roja a Duda), el alemán recurrió a él casi con media hora por delante. Otra vez estuvo sobresaliente.
Gol al Granada
Schuster se sentía feliz. «Hemos conseguido recuperarlo», sentenció un día ante su equipo de trabajo. Nueva salida a domicilio y nueva actuación estelar del coineño. Fue en el campo del Betis, cuando los jugadores de refresco por los que apostó el alemán firmaron la remontada y la tercera victoria consecutiva a domicilio. Seis días después del triunfo en el Villamarín fue precisamente Juanmi el que cerró la goleada ante el Granada con un gol en el que volvió a exhibir esa frialdad innata para definir ante el portero. Aquella mañana su máximo defensor en el club, Antonio Benítez –el que lo recomendó a Juan Ramón Muñiz cuando solo tenía 16 años–, tampoco disimuló su felicidad en el palco.
Ahora Juanmi parece otro, con la madurez necesaria para competir. Lo más lógico es que el Málaga, ahora sí, no tenga dudas sobre la necesidad de su continuidad. Sin embargo, el club puede toparse con el problema de que su representante es el siempre imprevisible Manuel García Quilón, el mismo, por ejemplo, de Jesús Gámez y Portillo. Habrá que ver su postura...