Malaga CF

El regreso de un derbi añejo

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Benítez, con una bufanda nueva del Málaga con este eslogan; Monreal pendiente de dar ‘picaditas’ al balón, y Álvarez, con la actual camiseta. / Foto: Salvador Salas | Vídeo: Salvador Salas | Carlos Bueno

  • El Córdoba-Málaga vuelve a Primera este sábado 43 años después del último precedente

  • Benítez, Monreal y Álvarez, que jugaron aquel duelo en El Arcángel de 1971, rememoral el partido y cómo era la rivalidad

Los Córdoba-Málaga nunca tuvieron la electricidad de la saga de los Granada-Málaga o los actuales Málaga-Sevilla. Y, sin embargo, también tuvieron su miga, solo que se han repetido menos en los últimos tiempos. Los cruces ligueros más recientes fueron los vividos en Segunda (en la temporada 2007-2008), aunque el Málaga del jeque, con el escaparate de sus figuras, ya acudió al nuevo Arcángel mucho más recientemente, en plan ‘Bienvenido Mister Marshall’, para insuflar miles de euros en taquilla al club vecino, con el que se había suscrito un convenio de colaboración. Pero ha habido que esperar más de 43 años para revivir un Córdoba-Málaga en Primera División. No se daba desde el 3 de octubre de 1971 (0-0) y la historia se repetirá el sábado.

En aquella visita al viejo Arcángel, que esa temporada estrenaba grada, el ambiente fue excepcional. Se celebraba la quinta jornada del campeonato y la crónica de este diario daba una cifra de 10.000 a 12.000 malaguistas en el campo. Nada que ver con los tiempos actuales, porque el Córdoba ha puesto los precios de las localidades a 45 euros (9.000 pesetas) y, para colmo, el choque se verá en abierto (se televisará por Cuatro para toda España). Entonces se jugó a las 16.45 horas. Ahora, a las 22.00. Los tiempos cambian.

«Las televisiones se han cargado la gallina de los huevos de oro», declara José Luis Monreal, uno de los tres protagonistas del choque de 1971 que residen en Málaga y que fueron convocados por SUR para recordar esta añeja rivalidad. «Ahora se ve fútbol todos los días y a todas las horas», apostilla, y muestra orgulloso la foto de este periódico de la crónica de aquel choque, con una grada repleta, como si una final de la Champions se tratara.

Otro de los protagonistas es el ahora consejero del Málaga Antonio Benítez, que adelantó que no va a estar el sábado en el nuevo Arcángel. En su caso, puede presumir de haber vivido la rivalidad en Primera, Segunda y Tercera, cuando estaba en el filial blanquiazul. «Jugando en el Atlético Malagueño nos solíamos turnar en la primera y la segunda plaza con el Atlético Cordobés. Aquellos partidos se jugaban por la mañana e iba mucha gente». De los protagonistas de aquel derbi de 1971 ya había tenido a varios como rival en el filial: los López Prieto, Torres, Manolín Cuesta,... «Era un equipo contra el que era muy difícil de jugar allí. Como nosotros, tenía una parte de atrás muy caliente. Puedo decir que me encontré el otro día con Marcial, exjugador del Elche, y me recordaba que donde le daba más miedo jugar era en Granada, pero después, Córdoba».

Benítez tiene muchas más anécdotas. La última, que en un choque de esta temporada en La Rosaleda vio a Torres en el palco. «Fui hacia él y le dije: ¿tú jugabas en el Córdoba, no? Y entonces me reconoció... ¡Benítez! Me contó que su hija había sido Miss España...».

Con el corazón dividido

Pero si hay un protagonista claro que enlace el fútbol cordobés y malaguista ese es Pepe Álvarez (también conocido como ‘Alvarito’) y que parece ser recordado hasta la posteridad en su periplo en el club de La Rosaleda por una acción en la que dejó sentado al azulgrana Gallego, un central de los de rompe y rasga. Nacido en Cañete de las Torres, una localidad cordobesa y fronteriza con Jaén, se formó en el Córdoba, y a las órdenes de Eduardo Toba debutó en Primera con los verdiblancos. «Cuando llegué allí era muy difícil jugar. Había una base muy buena de jugadores veteranos: los Simonet, Navarro, Ricardo Costa y Martí. Ya se habían ido antes Mingorance, Reina y Jaén. Sin embargo, me fui haciendo un hueco». Tras cuatro temporadas, lo fichó al Málaga y, curiosamente, en aquel duelo de 1971 fue la única vez que jugó allí de profesional como visitante. «Me recibieron muy bien, no hubo ningún tipo de problema, como tampoco lo hubo cuando fui a La Rosaleda con el Salamanca, mi siguiente equipo en Primera».

Álvarez protagonizó indirectamente el duelo en cuestión de 1971. «Recuerdo que le puse un centro al segundo palo a Pons, que se solía desmarcar muy bien a esa posición, y marcó. Viberti me cogió en el aire (como ilustra la imagen de la crónica), pero el árbitro lo anuló por fuera de juego...». Fue el lance clave de un partido muy igualado y que no pasó del 0-0. Pelayo Serrano, juez de la contienda, habló en los medios de la jugada en cuestión, algo inviable ahora: «El jugador que remató (Pons) estaba más adelantado que los dos defensas del Córdoba». Con ello despejó la duda de que se hubiera señalado falta en el remate.

Un tanto anulado por fuera de juego a Pons, a centro de Álvarez, fue la acción clave de un Córdoba-Málaga de comienzos de temporada y que acabó sin goles. Deusto sufrió un principio de lipotimia al final por el calor.

La crónica del último precedente.

Un tanto anulado por fuera de juego a Pons, a centro de Álvarez, fue la acción clave de un Córdoba-Málaga de comienzos de temporada y que acabó sin goles. Deusto sufrió un principio de lipotimia al final por el calor.

Ahora Álvarez observa con el corazón dividido el derbi del sábado. «Llevo ya más de treinta años en Málaga. Mi mujer y dos de mis hijos son de aquí... Que gane el mejor, pero no es normal que el Córdoba haya estado tantas décadas sin fútbol en la élite. Ha costado mucho».

Para Monreal, un duelo contra el Córdoba, ya bien entrado los setenta, marcó un antes y un después de su etapa en el Málaga: «Tenía ciática en las dos piernas, y el míster me convocó. Pavic me puso después en la alineación y tuvimos una pelotera grande, porque le dije que no estaba para jugar. Tuvo que venir el médico de entonces, Carlos Ferrer, y certificó que no podía jugar, y tampoco Aído...». Se une Benítez a la historia: «Era la segunda jornada liguera, en Segunda, y Migueli y yo, que no habíamos sido convocados, fuimos llamados de urgencia. Migueli jugó después de comer en casa... y se perdió el choque». «Llevaba muchos partidos jugando con molestias y había otra serie de problemas, porque no renovaba –añade Monreal–. En aquel tiempo te daban opción a mejorar por norma más que el diez por ciento de tus emolumentos, y no había más opción... Me apartaron del equipo hasta que se normalizó todo».

Monreal rememora la dureza de estos derbis: «Recuerdo un roce entre nuestro delantero Cabral y el defensa del Córdoba Simonet. A mi compañero le metieron un codazo y se le cayeron varios dientes. Estuvimos un tiempo sobre el barro, buscándolos». «Entonces no era como ahora, te daban un puñetazo en el área y ni te enterabas», suscribe Benítez, que aclara que no había moviolas ni cámaras pendientes de lo que sucede en casi cualquier rincón del rectángulo de juego.

Benítez, Monreal y Álvarez repasan con fruición las alineaciones de aquel derbi de 1971 y podrían estar horas y horas recordando episodios. Hay un detalle que los marca sobremanera: cuatro de sus compañeros titulares, Deusto (que sufrió una lipotimia al final de ese choque, por el calor), Arias, Viberti y Migueli ya han fallecido, mientras que no tienen constancia de que haya sucedido algo similar en el rival. Es la huella irremisible del paso del tiempo. Han pasado más de cuatro décadas, aunque nuestros protagonistas se conservan de una forma espléndida.