Malaga CF

Córdoba-Málaga: vidas paralelas

Pastor y Yáñez escoltan a Fernando Sanz durante una comparecencia tras el ascenso.
Pastor y Yáñez escoltan a Fernando Sanz durante una comparecencia tras el ascenso. / Ñito Salas
  • Ambos llegaron a Primera División después de superar un complicado proceso concursal

  • En los dos casos tuvieron un papel decisivo el administrador concursal Daniel Pastor y el exdirector general malaguista Luis Yáñez

Una larga espera en Segunda B, un estadio renovado, continuas dudas en el entorno... No son pocos los detalles que reflejan las vidas paralelas del Málaga y el Córdoba durante las últimas dos décadas. Pasado mañana ambos conjuntos revivirán en la élite duelos históricos y lo harán después de haber dado dos pasos definitivos los últimos años, uno en los despachos (recurrir al proceso concursal) y otro en los terrenos de juego (conseguir el ascenso a Primera División).

Casi nadie recuerda ya que un partido en Segunda B frente al Córdoba fue el último en el banquillo malaguista de José Cayuela (que horas antes había presentado su renuncia a los dirigentes) o que una derrota por 2-1 en El Arcángel hizo perder por última vez el liderato en Segunda al conjunto de Juan Ramón Muñiz la temporada del ascenso (tras nueve jornadas consecutivas sin perder). Quizá sí que de allí llegó uno de los fichajes más costosos en el periodo blanquiazul en la tercera categoría, el delantero centro Manolo. Porque, sin la rivalidad de dos o tres décadas antes, aquellos derbis sí mantenían un sabor especial.

Hoy por hoy, el Málaga y el Córdoba son dos clubes con una situación económica más o menos controlada (quizá menos en La Rosaleda por el pasivo generado los primeros años con los nuevos propietarios), pero ambos tuvieron que superar el difícil trance de un proceso concursal. E incluso con dos protagonistas comunes: un administrador concursal (Daniel Pastor) y un especialista en la gestión económica (Luis Yáñez).

El Málaga, pionero

La elevada deuda del Málaga, cercana a los 30 millones, obligó a acogerse voluntariamente a un proceso concursal a finales de 2006. Cuatro años y medio más tarde, en abril de 2011, el Córdoba optaba por la misma vía, aunque con apenas ocho millones de déficit. «En el Málaga fuimos un poco pioneros para jugadores, representantes, entrenadores, clubes, acreedores... En el Córdoba, como ya había llovido sobre mojado y distintos equipos habían optado por ese camino, el que más y el que menos ya nos esperaba con el colmillo retorcido». Así lo explica Yáñez, director general del club de La Rosaleda y que luego fue reclutado en el Córdoba como asesor externo y especialista en materia concursal para negociar con los acreedores y poner en marcha un plan de viabilidad.

Yáñez llegó al Córdoba recomendado por el economista y abogado malagueño Daniel Pastor, que había sido uno de los tres administradores concursales en el Málaga (sin duda, el de más notoriedad) y que posteriormente fue elegido como uno de los dos en el Córdoba. «Hay que tener en cuenta que el club no tenía créditos pendientes significativos, de importes elevados», destaca Yáñez, en la actualidad la cabeza visible en la gestión del Rayo Vallecano, donde también ha brillado en la drástica reducción de su pasivo. «En representación de los acreedores se nombró a la Liga Profesional y al Real Madrid, pero ambos renunciaron. El convenio del Córdoba fue más sencillo, porque los principales acreedores eran jugadores y clubes, y ya se gestionaba directamente con la Liga y la AFE», aclara Pastor.

Cambio de propietario

Si el recelo fue enorme en el Málaga, peor fue la bienvenida para los administradores en el Córdoba. Además, el proceso fue más complicado. La decisión se tomó cuando el presidente era José Miguel Salinas –básicamente como consecuencia de los impagos durante los tres meses anteriores a la plantilla que dirigía Lucas Alcaraz–, pero después la mayoría accionarial pasó a manos de una sociedad (Ecco Documática) propiedad de un empresario madrileño, Carlos González. Después de cuatro décadas lejos de Primera y con más temporadas en Segunda B que en Segunda, el equipo volvía a coquetear con la caída al pozo de la categoría de ‘bronce’. «El apoyo de los medios de comunicación en Málaga fue unánime, clave, mientras que en Córdoba hubo división porque algunos eran más afines a que el propietario fuera cordobés», matiza Pastor.

«El proceso concursal era el único tablón de salvación», recalca Yáñez, que se siente orgulloso de ver a ambos (y al Rayo, precisamente rival del Málaga la semana que viene) en la máxima categoría. No son situaciones comparables, porque su afecto al Málaga está por encima de cualquier connotación laboral. Antes de ser elegido director general, ya era seguidor blanquiazul por su cuñado (está casado con Diana, hermana de Fernando Sanz); sus hijos son y serán siempre malaguistas, y, por supuesto, no olvida el enorme cariño que encontró en un montón de malagueños (ya amigos para toda la vida) cuando se le detectó un cáncer pocas semanas después de embarcarse en el concurso voluntario.

Principal diferencia

La salida del proceso concursal, la firma del convenio con los acreedores, es tal vez la diferencia más significativa entre este Málaga y este Córdoba con vidas paralelas. «A nosotros nos cayó el maná en la misma semana», recuerda Yáñez, que cuando habla así, en primera persona, se refiere al Málaga. Efectivamente, el jueves 12 de junio de 2008 quedó sellado el plan de viabilidad aceptado por los acreedores y solo tres días después llegó el ascenso merced al triunfo frente al Tenerife. «En Córdoba ha sido más complicado, porque desde la firma del convenio han convivido durante dos temporadas en Segunda con las exigencias de los pagos. Por eso, con el ascenso se ha zanjado la deuda y ahora es un club saneado», destaca. «En ambos casos contamos con la ventaja de que los presidentes mantuvieron el orden y la austeridad mientras que Muñiz y Paco Jémez también fueron decisivos», añade Pastor, el mejor conocedor de ambos casos. No en vano, fue nombrado por el juez como el administrador encargado del seguimiento de los convenios.

Hoy el Córdoba y el Málaga se codean con los mejores, pero hace más bien poco sufrieron el calvario del proceso concursal. Sus vidas paralelas los llevaron a la gloria, pero, sobre todo, permitieron esquivar la temida desaparición.