Serafín Roldán y Antonio Mendoza están de enhorabuena. ElJuzgado de lo Mercantil los ha considerado no culpables de los problemas económicos que sufrió el Málaga durante los años en los que ellos estuvieron al frente de la entidad. El primero era el presidente y máximo accionista, aunque no tomaba todas las decisiones, y el segundo, director general y consejero. De esta manera, los dos dirigentes no tendrán que hacer frente a la petición de la Fiscalía y la administración concursal de más de ocho millones de euros y cinco años de inhabilitación, según informó ayer Radio Marca.
Esta cantidad que se solicitaba a Roldán y Mendoza tras los informes de los administradores concursales pretendía compensar lo que se consideraba un agravamiento de la situación de la sociedad desde que se entiende que debió presentarse el concurso (piensan que muchos meses antes). Esta postura la ratificó el fiscal, y también acudió al juicio el Málaga, parte fundamental del proceso.
Este proceso que todavía tiene cierta vigencia arrancó cuando Fernando Sanz decidió solicitar el concurso de acreedores el 23 de noviembre de 2006. Hace cerca de ocho años. En ese momento no estaban ya en la entidad tanto Roldán como Mendoza, ya que la propiedad pasó a manos del propio Sanz. Pero ambos habían representado al club a nivel ejecutivo hasta ese momento, lo que los puso en el punto de mira de cualquier procedimiento judicial. La primera fase del concurso concluyó con éxito para el Málaga, ya que pudo organizar su deuda. Pero después se puso en marcha la pieza de calificación, en la que se buscaba depurar responsabilidades por la pésima situación financiera en la que se encontraba la entidad.
En esa etapa del club los problemas económicos mezclados con los judiciales afectaron también al equipo, aunque al final pudo seguir en Segunda con muchas dificultades. Y la campaña siguiente ascendió a Primera. Asimismo, los pagos del proceso concursal quedaron casi saldados. Solo resta una cantidad inferior al millón de euros con Hacienda que puede ser atendida en cinco años. Una parte de estos desembolsos se realizaron en la etapa del jeque en el club.
El juez encargado del caso tenía que decidir si este deterioro económico llegó de forma fortuita o motivado por la mala gestión de ambos gestores, y ha considerado finalmente la primera opción, por lo que los dos quedan libres de culpa en este proceso concursal malaguista, que se cerrado en cuanto a la pieza de calificación.
Ambos dirigentes, sin embargo, sí tendrán que afrontar junto a otros dos consejeros de años atrás el pago solidario de casi 145.000 euros al actual entrenador del segundo equipo malaguista, Salva Ballesta, que la cantidad que le queda por cobra al exdelantero de toda su etapa como jugador malaguista (esa cifra correspondía a la quita). Esta sentencia será recurrirá.