Pese a que podía parecer a priori la más normal de las opciones, el Málaga no se concentrará al final casi toda la próxima semana en La Coruña, donde tiene que jugar en un lapso de 74 horas dos partidos oficiales ante el Deportivo en Riazor, el de ida de los dieciseisavos de final de la Copa (el miércoles, a las 20.00), y el de la decimocuarta jornada liguera, el sábado 6 de diciembre, a las 22.00.
El club alude a la logística que implica una decisión de este tipo. Permanecer desde el martes por la noche a la madrugada del domingo en tierras gallegas supone acarrear con un volumen de material ingente, similar al de las concentraciones de pretemporada, además de un elevado número de expedicionarios. Hay que recordar que el Málaga tiene a 28 jugadores a sus órdenes, por más que varios se encuentren lesionados en estas fechas. En total, podrían ser cerca de 40 viajeros.
Criterio del cuerpo técnico
En todo caso, ha primado el criterio del cuerpo técnico. El Málaga actuará como si tuviera dos salidas consecutivas. Seguirá el procedimiento habitual para todos los viajes, solo que se repetirá en apenas tres días. También se argumenta la ventaja que supone para los futbolistas el hecho de volar en chárter, porque siempre pueden pernoctar en sus domicilios la noche posterior al partido, aunque se llegue de madrugada. Así, esto adquiere más valor que el beneficio de ahorrarle más de dos mil kilómetros en avión (los de recorrer casi de punta a punta la Península) a la plantilla la próxima semana.