Malaga CF

La falta de velocidad limita al Málaga

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Los jugadores, tras el encuentro. / Carlos Moret

  • Muy previsible en ataque, cayó con honor frente a un Madrid bien organizado (1-2)

Sin velocidad, el fútbol de hoy es poco, muy poco. Y el Málaga, sin Amrabat y la chispa de Juanmi en la media punta, es un equipo muy previsible en ataque. Al Madrid le ha bastado esta noche con mostrar una óptima organización defensiva para batir su récord histórico de triunfos consecutivos, aunque el árbitro no vio falta en el primero de sus goles y el partido tuvo como estrella a un Kameni pletórico de facultades. Al final no se pudo...

Finalmente Javi Gracia optó por mantener el dibujo y no reforzar la medular como hizo ante el Barcelona. De aquella experiencia positiva sí rescató la presencia de Duda en la media punta para buscar presumiblemente ese pase al hueco que aprovecharan los Samus bien con sus incursiones a la espalda de los laterales, bien con las diagonales. Sí sorprendió -aunque hasta cierto punto- la presencia de Boka en el lateral izquierdo. Junto al evidente descontento por la actuación de Antunes en el Calderón, es evidente que la apuesta del técnico por el marfileño buscaba aprovechar la tendencia de Bale a no bajar y, de paso, que demostrara de una vez por todas esa virtud que se le atribuye en el vestuario, el de mejor centrador, para tratar de sacar partido a la envergadura de Santa Cruz.

El Madrid salió con su equipo de gala y dispuesto, como sucede de un tiempo a esta parte, a manejar el partido a su antojo. No será por falta de piezas para ello. Ver a Isco tan retrasado produce dentera. La prensa de Madrid podrá elogiar los kilómetros que ahora recorre (Ancelotti quiere convertirlo en Seedorf), pero comprobar tanto talento más pendiente de recuperar la pelota que de tener la pelota y filtrar un pase da lástima. Claro que con el duende de Arroyo de la Miel y James el conjunto blanco se garantiza la posesión. Y el Málaga, como lo sabía, se inclinó demasiado pronto (a los dos minutos) por un repliegue ofensivo para que el caparazón amortiguara los golpes.

El primer intento visitante, al minuto y medio, sirvió para que ganara en confianza Kameni tras su pobre actuación en el Calderón una semana antes. El camerunés estuvo rápido de piernas y muy vivo en un partido en el que el campo mojado podía perjudicarle. A los doce minutos volvió a ser providencial en un mano a mano con Cristiano. Esta acción espoleó al Málaga, que a renglón seguido hilvanó su mejor jugada con participación de Duda y Samu y remate de cabeza de Santa Cruz. Desgraciadamente para el equipo, como quedó patente toda la noche, las ganas de salir al contragolpe chocaban por la falta de velocidad. Sin Amrabat y la chispa de Juanmi las transiciones eran demasiado telegrafiadas.

El Madrid dio el zarpazo, cómo no, en una acción individual de Cristiano, que fue visto y no visto para Rosales con tanto amago. Pero con el matiz de que Benzema se quitó de encima claramente a Weligton antes de rematar. Bikandi Garrido, que venía de cara, se lo tragó. Al vigente líder se le había puesto todo de cara. Ahora al Málaga le tocaba arriesgar en el más amplio sentido de la palabra, porque los blancos son letales con espacios. La única opción clara llegó en un disparo lejano de Sergi Darder que se le escurrió entre las manos a Casillas.

El Málaga llegó al descanso vivo gracias a Kameni y así se mantuvo durante todo el segundo periodo, especialmente en una salida a los pies de Isco a los diez minutos y en una prodigiosa parada a tiro de Cristiano (posterior despeje desde el suelo incluido, aunque esta acción ya estaba invalidada). Probablemente se la dedicó al lenguaraz seleccionador mexicano...

Siempre se mantuvo vivo el sueño del empate, aunque más por la actitud algo contemplativa del Madrid que por los recursos ofensivos del Málaga. Duda se diluyó, Samu Castillejo estuvo más atado en corto y en la medular a Recio comenzó a venirle largo el partido. El recurso del balón en largo a Santa Cruz ya no surtía efecto y solo Samu mantenía el tipo. Además Gracia se vio condicionado en los cambios por la lesión de Sergio Sánchez, aunque al conjunto de Ancelotti se le veía tan sobrado defensivamente que no se intuían opciones de remate. Eso sí, el técnico italiano, por si acaso, prefirió guardar la ropa e incrustó a Illarramendi en la medular con casi veinte minutos por delante.

El partido quedó finiquitado cuando entre Cristiano y Bale cazaron a la 'contra' al Málaga en el minuto 83. De nada sirvieron después el magnífico libre directo ejecutado por Juanpi, la expulsión de Isco, incluso el inapelable testarazo de Santa Cruz (a gran centro de Boka). Pese al "Sí se puede" no hubo margen para la gesta. El equipo blanquiazul estaba demasiado limitado.