Malaga CF

El Málaga pasa el peor trago en San Mamés

  • Fracaso sin paliativos y adiós al sueño copero en un partido lamentable frente a un Athletic con demasiados espacios

Adiós a la Copa. El Málaga vuelve a quedarse en cuartos de final después de pasar el peor trago en San Mamés en un partido impropio esta temporada, sin fortaleza, recursos y en ocasiones entrega. La lamentable actuación blanquiazul alfombró el camino a un Athletic que aprovechó los numerosos espacios y regalos recibidos.

Tanto Valverde como Gracia afrontaron el envite con todo lo que tenían. Incluso, el entrenador local cambió sobre la marcha, ya con el once anunciado, e introdujo a Beñat por Mikel Rico. Para entonces, se conocía la alineación del Málaga, en el que destacaba la presencia de Horta, Juanmi y Amrabat como medios punta en perjuicio de los dos Samu (circunstancia inusual casi desde que arrancó la temporada) y de Duda. El Athletic recuperó a Muniain, sancionado en la Liga, y mantuvo al equipo empleado el domingo.

El Málaga sabía que el Athletic suele apretar en el primer cuarto de hora y no lo dejó maniobrar. Adelantó líneas, cortocircuitó el juego del contrario y recuperó la pelota con facilidad. La soltura de los jugadores blanquiazules era un argumento esperanzador, porque incluso a las primeras de cambio se escucharon algunos silbidos en San Mamés. Pero fue un espejismo. Fue superar el minuto 15 y el optimismo se diluyó ante la presencia fantasmagórica del conjunto de Martiricos, desubicado, con lagunas preocupantes en la salida del balón y un nivel defensivo bajísimo.

El Athletic se vino arriba en un par de transiciones fulgurantes y desde ese instante hasta el descanso el Málaga estuvo con el agua al cuello. Ochoa sacó una parada de su catálogo a tiro a bocajarro de De Marcos y ni siquiera así sus compañeros espabilaron. El equipo de Gracia lo hizo todo mal, pero básicamente sus errores en el comienzo del juego ofensivo pasaron demasiada factura. Los tres medios punta estuvieron desastrosos, con Amrabat desconocido, Juanmi más preocupado de no perder el equilibrio -¡hay que revisar mejor la elección de las botas!- y Horta totalmente desbordado por las apariciones de Balenziaga.

La primera parte fue un suplicio para el Málaga mientras el Athletic se envalentonaba paulatinamente y encontraba huecos por todos lados. El desastre colectivo fue la consecuencia de un lamemtable nivel individual. Solo los dos centrales mantuvieron el tipo -y no era fácil- en un escenario en el que el cuadro local se siente muy a gusto. A falta de calidad, la presión surtía efecto y le permitía recuperar muy arriba y pillar casi siembre descolocados a los blanquiazules.

La única aparición visitante en el primer acto fue un córner en el que Angeleri pudo marcar de cabeza. Nada más. Y conste que el trabajo de Javi Guerra volvió a ser interesante, pero de un tiempo a esta parte Amrabat no deja de mirarse el ombligo. La sensación al descanso es que el Málaga, desmadejado, se había escapado vivo. Había que ver la botella medio llena: peor no podía ser el rendimiento del equipo. ¡Y vaya si lo fue! No hizo falta mucho, solo tres minutos, para que se rizara el rizo en los errores. Una falta lateral a favor se convirtió en una fulminante salida tras un certero saque con la mano del guardameta local. Beñat encontró la autopista y encima Antunes salió a taparlo y dejó a Susaeta solo ante Ochoa, más preocupado de pedir fuera de juego que de cerrarle el ángulo. El servicio del extremo derecho no lo desperdició Aduriz.

El Málaga tuvo una tímida arrancada, pero no era su noche. Gracia cambió de posición a Juanmi y Amrabat, y luego introdujo a los dos Samu. El Athletic perdonó lo inimaginable pese a los continuos regalos, especialmente de Rosales. El equipo solo despertó en el último cuarto de hora, con Duda en la medular y beneficiado por el repliegue del rival. Pero había llegado tarde. San Mamés tuvo que apretar y con eso le bastó al conjunto rojiblanco para acabar con el sueño del malaguismo. La revancha deberá esperar.