Cuando parecía que el camino para la construcción de La Academia en los terrenos de Arraijanal estaba expedito después de que la consejera de Medio Ambiente, María Jesús Serrano, rubricara el pasado 22 de enero la orden de aprobación del plan urbanístico que la regula, aparecen nuevos escollos. La Junta de Andalucía ya advirtió entonces de que el visto bueno al proyecto, englobado dentro del parque metropolitano previsto para este paraje aún sin urbanizar del litoral oeste de la capital, iba a acompañado de una serie de «cuestiones menores» que debía subsanar el Ayuntamiento para que la aprobación fuera totalmente efectiva. Sin embargo, esas cuestiones que la Administración regional entendía como de poco calado no son tales.
La citada orden del día 22 del mes pasado, que fue recibida ayer en la Gerencia Municipal de Urbanismo, justo cuando ya se acercaba a un mes la demora en la recepción de este documento, contempla una serie de requisitos con los que no contaba el equipo de gobierno municipal y que hacen referencia fundamentalmente al aspecto económico, es decir, a qué van a tener que pagar o aportar tanto Junta como Ayuntamiento para materializar el parque al que está vinculada La Academia.
Según ha podido conocer este periódico, la Consejería de Medio Ambiente ha condicionado la entrada en vigor de la orden por la que aprueba La Academia a que, previamente, se concreten los compromisos económicos que asumen tanto el Gobierno andaluz como el Consistorio para la ejecución del parque. Este requisito fue plasmado en un informe con fecha del pasado 5 de diciembre que hasta ayer era desconocido para el equipo de gobierno municipal.
En él se indica que la Junta se encargará de redactar el proyecto y ejecutar exclusivamente el espacio destinado a parque y que es el Ayuntamiento el que deberá financiar y ejecutar las obras de urbanización para esta zona verde, es decir, el suministro de agua potable, el de riego, el saneamiento, la electricidad, las telecomunicaciones, los viales, el alumbrado público, los carriles bici y las obras de urbanización exterior como los aparcamientos o el desdoblamiento de calles aledañas.
Fuentes municipales consultadas indicaron que todos estos trabajos podrían implicar un coste para las arcas municipales de unos 21 millones de euros que habría que sumar a los 50 millones que ha supuesto para el Consistorio la adquisición de los suelos de Arraijanal.
Además, el citado informe incide en que debe modificarse la normativa del plan urbanístico para garantizar una mayor integración deLa Academia con el parque, de manera que los usuarios de la zona verde pudieran acceder a las pistas deportivas del Málaga, en que hay que justificar de forma más precisa las necesidades de aparcamientos y en que no pueden abrirse nuevos pozos subterráneos para el sistema de riego.
Asimismo, en la orden de la consejería se establecen restricciones para la altura de La Academia y su posible uso como residencia de deportistas, debido a las limitaciones impuestas por Aviación Civil.
«Esto es un chantaje»
Para el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, estos últimos aspectos son cuestiones en cierta medida salvables, pero lo «insostenible» es que se le exija ahora a la ciudad que pague «la mayor parte de lo que cuesta el parque» a cambio de aprobarlo junto con La Academia. «Esto es un chantaje en toda regla, algo indecente que no tiene ni pies ni cabeza», criticó el edil, que recalcó que la Junta «no es consciente de la importancia que tiene este asunto para la ciudad». «Nos habían ocultado que ellos firmaban, pero que nosotros pagábamos la factura. La consejera tendrá que dar explicaciones porque se han reído de la ciudad y delMálaga», añadió Pomares.
De este modo, el proyecto de La Academia vuelve a quedar frenado y pendiente de una nueva negociación entre el Ayuntamiento y el Gobierno andaluz que no se presume precisamente breve y a la que no ayuda la proximidad de las elecciones autonómicas del próximo 22 de marzo.