Malaga CF
Gameiro, del Sevilla, lucha por el balón con el venezolano.
Gameiro, del Sevilla, lucha por el balón con el venezolano. / EFE

Un '2' para muchos años

  • El Málaga ya le ha expresado a Rosales, afianzado como lateral derecho, su deseo de ampliarle el contrato

  • Husillos anduvo más de un año detrás del fichaje del venezolano, que se ha convertido en una pieza básica del equipo y en un ejemplo de regularidad

Popo, Clemente, Chano, Josemi, Jesús Gámez... Y si se mira un poco más hacia atrás, Montero o Irles. El Málaga ha tenido históricamente posiciones más complicadas de cubrir y otras con jugadores afianzados, de amplia trayectoria, incluso con galones. Entre estas últimas siempre se ha encontrado el lateral derecho. El club tuvo que forzar la máquina hace año y medio para encontrar un sucesor adecuado para Jesús Gámez y parece que lo ha encontrado para muchos años. El internacional venezolano Rosales, que acaba de empezar su segunda temporada como blanquiazul, ya conoce el deseo del club de ampliar su vinculación, que concluye en junio de 2017.

Durante más de un año el director deportivo del Málaga, Mario Armando Husillos, anduvo tras los pasos de Rosales. Lo había visto con su equipo en la Eredivisie (la Liga holandesa), el Twente, y también con la selección venezolana. Muy pronto trató de conocer los detalles necesarios para su incorporación: la fecha de conclusión del contrato, la identidad del representante, posibles ofertas, aspectos personales... El hispanoargentino sabía, como todos en el club, que la presencia de Jesús Gámez en el Málaga tenía caducidad. Su agente, Manuel García Quilón, quería encontrarle otro equipo al fuengiroleño –del que se hizo cargo precisamente para eso–, como también tenía previsto a corto plazo con Portillo (al que intentó colocar en el ruinoso Elche y luego ha acabado en el Betis) y con Juanmi (al que ha sacado este verano con el pago de la cláusula de rescisión).

Husillos sabía que no podía fallar y ya tenía en cartera su fichaje cuando decidió dimitir en junio de hace dos años al entender que había demasiada gente inmiscuida en su parcela (lo que, por cierto, desembocó en una planificación calamitosa con Anderson, Pawlowski y compañía). Ya entonces se barruntaba la salida de Jesús Gámez, pero ese verano no se dio. En cualquier caso, los dirigentes malaguistas estaban más que advertidos, así que cuando el hispanoargentino volvió a hacerse cargo de la dirección deportiva retomó las negociaciones con urgencia y se aseguró la llegada de Rosales. Unos días en Málaga de visita con la familia sirvieron para que el venezolano acabara por convencerse de que el cambio era positivo.

Desde su llegada, Rosales lo ha jugado casi todo: 41 de los 45 partidos oficiales (en los cuatro restantes, dos fue baja por lesión, uno por sanción y otro reservado por el técnico), y 39 de los 41 completos. Y, lo más importante, nadie ha entrado en comparaciones con Jesús Gámez. Ambos solo coincidieron unas semanas, pero el venezolano era, a juicio de los técnicos, un ‘2’ de garantías. Y así se ha constatado. La principal duda sobre su rendimiento residía en su adaptación a la Liga española, porque en la Erdivisie la mayoría de los equipos juegan con un 4-3-3 –esta temporada, sin ir más lejos, solo no lo hacen De Grafschaap, Roda, Twente, Utrecht y Zwolle–, de modo que los laterales suelen tener una clara vocación ofensiva. Evidentemente, también estaba por ver si el futbolista no acusaba la diferencia de nivel entre una competición y otra.

Husillos, que lo había visto reiteradamente jugar con la ‘vinotinto’, no tenía la más mínima duda en este sentido. A Rosales solo le costó dos o tres partidos medir bien sus subidas, calibrar el momento de progresar junto a la línea de cal sin dejar desguarnecida la zaga. Y en todo este periodo solo se le recuerda una actuación desafortunada, en la vuelta de cuartos de la Copa en San Mamés. En el resto ha brillado por su capacidad ofensiva, su interpretación del juego, su corrección defensiva e incluso sus recursos técnicos cuando se disponía a centrar o cuando pisaba el área. Solo le ha faltado la guinda del gol, aunque muchas veces el disparo tuvo que ser con la izquierda tras un recorte previo al filo del área pequeña.

Dado que el Málaga tiene más o menos perfilado el bloque de la plantilla para la próxima temporada, en el club van más allá. Renovar a Rosales se antoja una prioridad y tanto el lateral derecho como su entorno ya conocen la intención de la dirección deportiva de comenzar la negociación para la ampliación de su contrato. El jugador se siente importante en el equipo –así se lo ha demostrado constantemente el entrenador y así se lo reconocen sus compañeros– y también su familia se ha adaptado de maravilla a la ciudad.

A sus casi 27 años (los cumplirá el 20 de noviembre), Rosales es pieza básica del Málaga y por eso no sorprende la intención de asegurar su continuidad más allá de 2017, quién sabe si para que concluya su carrera como blanquiazul. Se pretende que sea un ‘2’ para muchos años, el heredero de los Montero, Irles, Popo, Clemente, Chano, Josemi o Jesús Gámez.