Malaga CF

El Málaga es un cohete

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Charles celebra el primer gol del encuentro a su exequipo, mientras es abrazado por sus compañeros. / Ñito Salas

  • Instalado en la cresta de la racha, derrota al Celta y encadena cuatro triunfos

El fútbol ha hundido en la miseria a los 'reventaores'; ya se sabe, a esa figura tan extendida en Málaga del pesimista patológico. Hace poco más de un mes poco menos que el Apocalipsis iba a asolar el barrio de Martiricos. El equipo era carne de cañón. No se veía un rival inferior en la competición. “Con este equipo, ¿a quién le vamos a ganar?” o “Nos vamos a Segunda de calle” son algunas frases tópicas que definen ese clásico estado de ánimo.

A día 3 de enero (cuando lean esta crónica) el Málaga ha encadenado seis partidos invicto, con cuatro triunfos seguidos. De colista a la posibilidad de ser décimo si pierde el Valencia ante el Real Madrid. El proyecto de los cien millones en fichajes, por debajo del que apenas gasta y vende hasta las macetas, en una nueva expresión 'reventaora'. Y así es el fútbol. Hay que creérselo. Por eso engancha.

El estado de inspiración de este Málaga es tal ahora que le sale todoo casi todo lo que intenta. Apenas necesitó dos acciones en el primer tiempo, las únicas ocasiones de que dispuso, para abrir una brecha insospechada en el marcador. En ambas jugadas tuvo mucho que ver la desidia defensiva del rival, uno de los principales defectos del cuadro celeste, y las dudas de Rubén. Una de las extrañas decisiones de Berizzo, reponsable para lo bueno y lo malo que el Celta sea un equipo de autor, ha sido alternar a sus dos porteros en las últimas citas ligueras. El titular anoche, que era habitual suplente, nunca salió con determinación. En el 1-0 se quedó entre dos tierras, y Charles le venció por alto en su testarazo, en un buen centro desde la derecha de Rosales, y en el segundo Rubén dio medio paso hacia atrás, lo que ya le condenó en el cabezazo de Albentosa. Claro está, tampoco Sergi Gómez ni Cabral estuvieron intensos en las marcas a sus pares.

El Málaga es un cohete

El Málaga-Celta, en cifras.

/ Optasports

No necesitaba su mejor fútbol el Málaga, lo suficientemente intenso como para frenar el juego de combinación del Celta, que no abrumó con el balón ni precisó en el área rival. No remató entre los tres palos, pero el devenir del duelo pudo ser otro de no mediar un buen cruce de Weligton ante Iago Aspas, de no haber rematado mal Orellana (ganó la espalda a Boka) o de no haber rematado Wass al larguero, en la mejor acción de ataque visitante.

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El Celta se acercó más a sus registros en este curso durante la segunda mitad. Manejó mejor el esférico, pero sin concretar su dominio en grandes ocasiones. No tardó en buscar un once más lógico, al prescindir de Jonny y entrar Bongonda en el ataque. Sergi Gómez se situó en el eje de la zaga y Orellana pasó a jugar por dentro, por detrás de Iago Aspas.

Las urgencias celtistas, máxime en un equipo que va al ataque con todo, dejaron muchos espacios al Málaga para contragolpear. Creció la figura de Amrabat, anoche con el punto de mira desviado, y ya por el centro, porque Gracia reaccionó también con la entrada de Pablo por Cop, para apuntalar la línea de volantes. Los movimientos tácticos no dejaron malparado al Málaga, igual que el miércoles en Valencia. Hasta en eso, y es responsabilidad de Gracia, el Málaga parece otro.

Por dentro, donde sacó la falta del 0-1 en el Ciutat de Valencia, Amrabat provocó la roja a Rubén, una noche que nunca olvidará el gallego. Pero negado ante el gol, el internacional marroquí falló el penalti. Fue una carambola, con parada del meta Sergio y bote del esférico sobre el larguero. El cuarto penalti seguido que marra el Málaga en competición liguera, como para hacérselo mirar.

Lastrado por la inferioridad numérica, el Celta fue a menos y el Málaga pudo darle más serenidad al choque. La renta pudo ser mayor de haber colocado mejor Pablo un remate con mucho tiempo para la preparación. En cualquier caso, el 2-0 sabe a mucho. Es caviar de beluga, guijuelo de pata negra. La afición se divirtió y coreó a Duda, otras veces denostado. También se acordó más de lo habitual de Kameni, sobre el que en breve podría llegar una oferta en firme del Watford... Pero eso quizás suene demasiado 'reventaor'. Toca vivir el presente.

Zona mixta

El entrenador malaguista, Gracia, no podía evitar su cara de satisfacción cuando llegó pasadas las doce de la noche a la sala de prensa de La Rosaleda. El entrenador blanquiazul, que respondió a preguntas de diversa índole, quiso destacar el compromiso de sus jugadores, determinante en esta buena racha: «Estamos muy bien en cuanto a juego y actitud. Ganar cuatro partidos consecutivos contra equipos de esta entidad no es fácil. Esto es una inyección de moral. Después de haber sufrido, ahora estamos en otro momento distinto. Es importante hacer goles a balón parado. No será el último. También mantener la portería a cero es algo que quiero resaltar».

El técnico navarro, que asegura que no ordenó a ninguno de sus jugadores forzar una tarjeta, decidió matizar en el motivo que hace que estos resultados sean tan positivos. Él señala al esfuerzo de toda la temporada: «Se dan circunstancias que ayudan, que nos dan confianza. Tenemos más tranquilidad y eso hace que el jugador hace que juegue a un nivel más alto. Esto nos lo han dado todos los partidos, incluido las remontadas fuera de casa».

Estaba relajado, se le notaba, y fue muy franco cuando llegó la pregunta sobre Amrabat, uno de los jugadores más destacados del choque: «Hoy más que nunca quiero reconocer el trabajo de Amrabat, meta gol o no meta gol. Aunque haya errado el penalti ha hecho un gran partido y es muy importante para nosotros». Y tras esto, expresó que no cree que Kameni salga del club, intentando lanzar un mensaje de tranquilidad a la afición.

El Málaga es un cohete

Gracia anima a sus jugadores desde la banda, este sábado en La Rosaleda.

/ Ñito Salas

Como único aspecto negativo, el técnico reconoció que no están teniendo suerte desde los once metros. Ya son entre las dos últimas temporadas cuatro penaltis fallados consecutivamente, dato que Gracia no pasa por alto: «Tendremos que practicar más en este aspecto. No veo otra lectura».

Por su parte, el entrenador del Celta, Eduardo Berizzo, quiso felicitar al Málaga, ya que según él, el conjuntos blanquiazul supo aprovechas dos errores que tuvieron los suyos en dos balones parados: «Es frustrante encajar dos goles así, el Málaga ha sabido aprovechar nuestros fallos, que fueron siempre de la misma tónica». En cuanto a la mala noche de su guardameta, Rubén, quiso incidir que no fue el único que no estuvo mal: «Rubén no ha tenido un buen partido, pero también otros jugadores».

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