No cabe duda de que el jugador de moda en el Málaga se llama ‘Juanpi’ y se apellida ‘Añor’. El nuevo ídolo de las adolescentes aficionadas al cuadro de La Rosaleda –al término del duelo del viernes entregó su camiseta a una de ellas– parece haber explotado definitivamente tras año y medio de lenta y cuidadosa cocción.A Gracia no le quedaban dudas de que triunfaría y lo ha recalcado por activa y por pasiva cada vez que se le abordó en público al respecto, pero la poca confianza que recibió el centrocampista en la primera vuelta parecía traicionar este discurso.
Sin incidir en la actual explosión realizadora de Juanpi –sus tres primeros tantos en la élite han coincidido al llegar en tres citas consecutivas, ante el Barcelona, el Eibar y el Getafe–, es mucho lo que aporta el hispanovenezolano al juego de este Málaga. Su afianzamiento tiene que ver con la salida de Amrabat, pero también con su mayor compromiso. Su enorme despliegue en cada partido es quizás la virtud que le había faltado en el pasado. Salvando las distancias, porque no son jugadores comparables al desempeñar distintas funciones, el croata Cop superó un proceso similar y ahora se vacía en el campo, a falta de recobrar el tino en la definición.
No es el caso de Juanpi, que además de tener gol se desdobla en cada partido.Asume dos roles. Defensivamente es uno, ofensivamente es otro. Cuando el Málaga no tiene el balón ayuda a tapar su banda, en ocasiones la derecha (puesto en el que entró en el equipo) y en otras la izquierda. Sin embargo, la faceta en la que el equipo de La Rosaleda parece haber encontrado una mina es en la fase ofensiva del juego. Juanpi asume cada vez más protagonismo, y se proyecta por zonas interiores y hasta terminando en el otro costado, como en el gol en Ipurua. Son como dos jugadores en uno, porque al equipo no le resulta oneroso a nivel defensivo que él esté en el once.
Un equipo menos previsible
Hay un antes y un después de esta explosión de Juanpi, en un Málaga que carecía en los últimos tiempos de centrocampistas de buena visión de juego, más allá de Duda. Con Juanpi el fútbol malaguista alcanza otra dimensión. Cuenta con un futbolista con la confianza al máximo que se atreve al último pase y a encontrar pasillos imposibles para filtrarse él mismo en el área, como en el 1-0 el viernes. Con Juanpi el Málaga se ha hecho menos previsible.
«Me encuentro con mucha confianza. Quiero seguir así con esta dinámica, sobre todo aportando cosas al equipo y, si vienen goles, bienvenido sean», declaró exultante la noche del viernes tras su tercera diana. «Siempre he buscado esa confianza, esa soltura dentro del campo y ahora la estoy teniendo», añadió.
De Juanpi a Juanmi, porque el primero de ellos igualó también el viernes el registro del segundo, el de marcar en tres jornadas ligueras consecutivas en Primera.Esto no sucedía desde la undécima cita de la campaña anterior. El coineño había visto puerta en los triunfos frente al Rayo (4-0), la Real Sociedad en Anoeta (0-1) y el Eibar (2-1), y ahora Juanpi ha emulado esta gesta, con el mérito añadido de que hasta esta racha realizadora apenas estaba contando con asiduidad en los planes de Gracia.