La carrera de Kameni en el Málaga está plagada de vaivenes, de altibajos. Llegó cuando Caballero era el meta titular indiscutible y le tocó esperar en el banquillo. Luego fue él quien se convirtió en el fijo bajo los palos, aunque se vio obligado a cambiar su contrato y rebajar su ficha para seguir. Ahora, tras la posibilidad de marcharse, le llega la recompensa al ampliarle su compromiso con el club hasta 2020 (esta campaña y cuatro más). Ayer se presentó esta mejora contractual del camerunés en un acto celebrado en La Rosaleda en presencia de los consejeros consultivos (Francisco Martín Aguilar, Antonio Benítez y Abdallah ben Barek) y el director deportivo, Francesc Arnau. El guardameta se mostró muy feliz por continuar en el equipo blanquiazul, donde estará hasta que cumpla los 36 años.
El portero aseguró encontrarse muy satisfecho por su ampliación de contrato. «Tuve ofertas, pero en ningún momento me pasó por la cabeza irme del Málaga. Después empezamos a hablar aquí con el club. Quería que se respetara el contrato que tenía antes. Sentir el cariño de la afición es algo muy importante», afirmó, a la vez que añadió: «En la esta vida no se puede adelantar lo que va a pasar mañana, porque solo Dios lo sabe. Soy futbolista y cuando llegué formaba parte de un proyecto muy bonito, en el que sigo ahora».
Ochoa, a la espera
Kameni, asimismo, se refirió a su compañero Ochoa, que sigue por segunda temporada consecutiva sin oportunidades. «No creo que la renovación pueda afectar a la vida de Guille. Esta es la portería del Málaga, no la de Kameni. Cada fin de semana decide el entrenador quién tiene que jugar. Nos respetamos, nos saludamos y al final decide el técnico. Es verdad que no voy a tomar el té con todos mis compañeros, porque no tengo tiempo y me voy a mi casa», explicó el camerunés para aclarar que no tiene una mala relación con el mexicano.
La alegría del portero era evidente, sobre todo al rubricar un contrato tan importante. Kameni vivió, de esta forma, uno de los momentos más importantes de su vida. «Cada día que se consigue algo es un día feliz. Cuando disfrutas y acabas sin lesiones, es un día bonito. Cuando es un día como hoy, es aún más: he conseguido algo bueno para mí y mi familia, para el club y para los aficionados que acuden cada día al campo», destacó, y agregó: «En mi familia están muy contentos, porque cada día sufren conmigo. Cuando juego están temblando, y yo soy el que doy un mensaje de tranquilidad».
En relación a la trayectoria del equipo, el camerunés destacó: «Siempre dije que tenemos jugadores de calidad y que los goles llegarían. Estábamos trabajando y cuando apareciera la buena suerte todo cambiaría. Si el equipo no encaja goles, no es solo mérito del portero o los defensas, sino de todos, empezando por lo de delanteros». También tuvo palabras para los seguidores malaguistas, a los que aprecia y respeta. «Cada vez que hablo de la afición se me pone la piel de gallina, y no vendo humo. Me he sentido querido hasta sin jugar. Eso te da alas para seguir muchos años», declaró.