Malaga CF

Espinho, fuera; Mikel, dentro, y Filipenko, más fuera que dentro

Mikel, en un entrenamiento del primer equipo.
Mikel, en un entrenamiento del primer equipo. / Salvador Salas
  • El interior luso sabe que no entra en los planes de futuro y el club ejerce en los últimos días del plazo la opción de compra por el central venezolano

  • El central bielorruso ya estuvo a punto de irse en enero, con un acuerdo cerrado, pero la salida de Angeleri frustró la operación

Paso a paso, sin pausa pero sin prisa, avanza la planificación del Málaga mientras en paralelo se consuma el desenlace de la temporada. Durante esta semana se han producido dos situaciones más o menos relevantes. De un lado, ya se conoce el primer descarte para la próxima temporada –junto a Tissone y Boka, que no renovarán–, el portugués Espinho; por otro, la dirección deportiva del club, Francesc Arnau, se ha apresurado a ejercer la opción de compra por el central venezolano del filial, Mikel, que vencía precisamente hoy, último día del mes de abril.

Solo en los días previos al partido del Málaga –quizá sería más elocuente hablar exclusivamente de la víspera– el interés se centra en esa cita, en la convocatoria de Javi Gracia o en las manifestaciones de este último. De no ser por el aspecto económico (la importancia de acabar en una u otra posición), el final del campeonato sería absolutamente intrascendente. Por esa razón durante la semana las informaciones están relacionadas sobre todo con el futuro del plantel, desde el posible interés de algún equipo en el entrenador a las cuestiones propias de la planificación. Yahí, a cuentagotas y sin luz ni taquígrados, Arnau y su grupo de colaboradores tratan de avanzar en las cuestiones que a priori se antojan menos espinosas.

Queja de Espinho

Así, por ejemplo, no es un secreto que el Málaga no cuenta con varios jugadores. Entre ellos figura uno que se encuentra cedido, el portugués Espinho. Después de apenas haber contado para Javi Gracia (solo disputó dos partidos de Liga, ambos como suplente, y escorado a la banda) no tardó en buscarse las habichuelas en diciembre y recaló en el Moreirense. La decisión del club sobre su descarte está más que tomada y el entorno del jugador ya lo sabe. El interior se queja de que el entrenador solo lo puso un rato en su sitio, por dentro, en el partido de ida de Copa frente al Mirandés en tierras burgalesas.

Y si Espinho está fuera, el central Mikel (o Mikel Villanueva, si se prefiere) está dentro. Es una situación que se daba por segura desde hace semanas debido a que por edad no podrá continuar en el filial, aunque curiosamente hasta hace muy poco no había participado en los entrenamientos del primer equipo. Una cuestión a todas luces extraña si se tiene en cuenta que ha sido convocado por la selección absoluta venezolana. Solo ahora, cuando ha llegado el momento de ejercer la opción de compra –el plazo concluía ayer, lo que ha obligado a adelantar los plazos–, ha comenzado a ser un habitual con los ‘mayores’...

Espinho, en un entrenamiento en el estadio de atletismo con Javi Gracia detrás.

Espinho, en un entrenamiento en el estadio de atletismo con Javi Gracia detrás. / Ñito Salas

Mikel, un central muy espigado (supera el metro noventa) que llegó el verano pasado y del que también se apuntaba que podía jugar como lateral izquierdo, tenía que pasar sí o sí al primer equipo a tenor de lo que pactaron la pasada temporada los entonces responsables del club (Vicente Casado y Mario Armando Husillos) y el agente del zaguero, Juan Mata. Con el cambio en la dirección deportiva no hubo cambios en lo relativo al venezolano (Arnau también lo considera un futbolista ‘claro’), así que desde el 1 de julio formará parte de la primera plantilla tres temporadas.

Amistoso en Riazor

Curiosamente, la temporada de Mikel terminará al mismo tiempo que la del primer equipo, ya que el 16 de mayo se marchará con la selección venezolana, con la que primero disputará un amistoso en el estadio Riazor frente a la selección gallega (el día 20) y después participará en la Copa América Centenario que se celebrará en junio en Estados Unidos.

La situación de Mikel contrasta con la que vive Filipenko. El entorno del bielorruso considera que lo más lógico es buscarle salida al futbolista dado que el último año y medio solo ha contado con la confianza de Gracia como recurso de absoluta emergencia. Desde luego, no supondría una novedad que el central se marchara, porque estuvo a un paso de ello en enero.

Es más, Filipenko llegó a tener cerrada y pactada su salida durante varios días en la recta final del mercado invernal, pero el Málaga no dio vía libre al encontrarse con una situación similar con Angeleri (no idéntica porque la salida del argentino implicaba un cuantioso beneficio económico). De hecho, el club presionó al argentino debido a que el bielorruso estaba cansado de esperar en una atípica situación.