Malaga CF

El Málaga gana el Costa del Sol con más entusiasmo que fútbol

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/ Álvaro Cabrera

  • El Málaga se adjudica en los penaltis el Trofeo Costa del Sol en un partido sin goles ante un ordenado Sampdoria

Hubo que sudar de lo lindo para que Weligton y Camacho, al alimón, alzaran el pesado Trofeo Costa del Sol. No estuvo fino anoche el Málaga en su puesta de largo en Martiricos, con las piernas pesadas, con la cabeza nada fresca, y con poca chispa para decidir bien en los momentos clave, que al final es lo que decanta los partidos. No se vieron goles en La Rosaleda, pero es que además tampoco hubo muy claras ocasiones para que llegaran. Cabe valorar que los pupilos de Juande Ramos siguen invictos tras medirse a nueve rivales y que el adversario era el más potente (junto al Colonia) de los encarados hasta el momento.

Aunque el técnico ya ha querido transmitir la idea de que no habrá un equipo tipo en la temporada, el once del Trofeo Costa del Sol no podía menos que tener buena pinta, con cuatro de los siete fichajes (Llorente, Kone, Keko y Sandro).Era una formación que, aunque no será seguramente la que debute en la Liga ante el Osasuna el viernes 19, seguramente no diferirá mucho.

Sin embargo, el Málaga fue más entusiasmo que fútbol, algo que cabe comprender en cierta medida en semanas que están suponiendo mucha carga de trabajo en la plantilla, porque lo que se consiga ahora a nivel físico condicionará mucho el curso. Pese a tener el partido de presentación ante su afición, hubo doble sesión de entrenamiento en la víspera y otro la mañana del encuentro. Así las cosas, por más que se amplie el abanico de sustituciones, es difícil mostrar la mejor versión.

Un equipo muy serio y ordenado como el Sampdoria, con un punto de agresividad impropio de un amistoso, apenas dejó al Málaga acercarse a las inmediaciones de Viviano. Hubo que esperar al minuto 26 para la primer gran ovación, la de un excelente pase de cuarenta metros de Llorente a Sandro, que el canario , muy fallón ayer, apenas supo aprovechar. La carencia de criterio con el balón fue el denominador común de las otras ocasiones, como una de Chory Castro y, sobre todo, un contragolpe mal conducido por Pablo. Fue del castellonenense el único remate a puerta, un testarazo de llegador puro (como sus tres goles obtenidos este verano), que repelió el meta del cuadro genovés.

La Rosaleda, ya sin humos ni sonido estéreo (una única grada de animación), esperaba más del partido y de un campo con una estampa impresionante antes de que rodara el balón y que pronto adquirió la categoría de playa, al levantarse el césped. Se intuye un problema de futuro que no va a contentar al mandamás de LaLiga, un Javier Tebas, que no va a pasar por alto desde esta temporada detalles como el estado del piso.

¿Y el Sampdoria? El decimoquinto la pasada campaña en la Serie A, presentó en escena al delantero checo Schick, proyecto de buen jugador, y algunos detalles del colombiano Muriel y Quagliarella, sus escoltas en punta en el 4-3-3. Fue el clásico conjunto italiano, con oficio en la línea de cobertura y una propuesta conservadora, en víspera de medirse al Barcelona en el Gamper.

En la segunda mitad no mejoró tampoco el espectáculo, lastrado por el carrusel de cambios. Juande Ramos terminó dando entrada a todos los fichajes, aunque fue Santos el que gozase de menos minutos. Del 4-2-3-1 lucido en el arranque de partido, con Pablo de medio punta, al 4-4-2 final, que al menos anoche resultó más eficaz. No fue la noche del castellonense, fallón y lento en varias ocasiones, y sí la de los dos jugadores que más revolucionaron el partido: Juanpi y Jony.

El venezolano está dejando claro que es un jugador diferencial en la plantilla, ávido de asumir galones. Demostró otra dimensión en algunas de sus intervenciones, como en un gran pase a Charles, que pudo desnivelar la balanza en el último minuto. Formó por la derecha, y en la izquierda se vio a un Jony que, aunque puede ganar en explosividad, ya dejó muestras de su velocidad cuando se le busca al espacio para correr. Fue de lo más esperanzador de la noche, como las intervenciones de Kameni en la tanda de penaltis y el ambiente de ilusión que se respira en Martiricos, que pasó sobre un partido para olvidar.