Malaga CF

El Málaga, ante Las Palmas otra vez sin remate (1-0)

fotogalería

Recio trata de hacerse con el balón. / Efe

  • Cae víctima de un penalti absurdo de Recio y de sus limitaciones ofensivas por la falta de un 'nueve'

Más de lo mismo. El Málaga volvió a acusar la falta de remate; es decir, la gravísima carencia de ese delantero centro previsto en la planificación, por el que clamaba Juande Ramos y que no llegó al no disponer el club de capacidad económica para maniobrar. A Las Palmas le bastó un penalti absurdo cometido por Recio en el arranque para hacerse con tres puntos en un partido en el que el equipo blanquiazul estuvo impotente, impreciso y fallón en todas sus acciones ofensivas.

Después del aluvión de centros sin remate ante el Villarreal, Juande optó por situar a un zurdo en la derecha con el claro propósito de buscar alguna diagonal que permitiera más opciones de remate. Keko, futbolista de desborde junto a la línea de cal, volvió a ser el sacrificado. A falta de un ariete que cabecee o culmine los servicios desde los flancos, el manchego trataba de encontrar otras variantes ofensivas. Con la alineación en la mano solo quedaba desvelar la incógnita sobre cuál de los tres medíos punta zurdos (Jony, Juanpi y Chory Castro) iba a desempeñar tal función. El elegido fue Jony. Fue la principal novedad en el once malaguista junto a la recuperación del dúo uruguayo en la izquierda (Ricca-Chory) y, cómo no, la suplencia de Sandro, muy desdibujado en los tres primeros envites.

noticia relacionada

Casi todo el plan de Juande se desmoronó en los primeros minutos, cuando Recio cometió un ingenuo penalti con una patada (más que un despeje) ante la entrada en carrera de Momo. Bien es cierto que en esos primeros minutos se apreció una preocupante falta de contención en la zona derecha con las apariciones del lateral zurdo local Dani Castellano y los movimientos entre líneas de Momo, Livaja y Tana. A las primeras de cambio el Málaga volvía a verse con el marcador en contra y tocaba remar de nuevo río arriba. A Las Palmas le sirvió para ver los toros desde la barrera y demostrar que también sabe defender, no solo mover la pelota hasta encontrar huecos.

Pero el Málaga, como en su primera salida (en el campo del Espanyol), volvió a ser un quiero y no puedo. Tuvo el control y jugó casi siempre en la parcela contraria, así que la defensa apenas tuvo trabajo. La solidez de la pareja Roque Mesa-Vicente en la medular y cierto orden le bastaron a Las Palmas para salvaguardar su renta. Apenas se estiró el equipo canario hasta el descanso, porque su prioridad era cerrar pasillos interiores y evitar diagonales de Jony y Chory e incursiones o pases al hueco de Juanpi. A los pupilos de Juande les faltó más precisión en varias situaciones que requerían únicamente de solvencia en el último pase y les sobró tanta triangulación en el balcón del área.

Cambios

Juande apenas tardó diez minutos en mover ficha y reestructurar el equipo en busca de soluciones para equilibrar la balanza. Volvió a dar el timón a Juanpi en la medular, cambió de pieza en la derecha (Sandro entró por Chory Castro, con poca chispa) e introdujo a En-Nesyri junto a Charles. Siete minutos más tarde evitó arriesgar con Jony, renqueante toda la semana, y lo sustituyó por Keko. Todavía quedaba más de media hora, prolongación incluida.

La apuesta por Juanpi en el centro del campo siempre es más factible si el partido no es de ida y vuelta, sino que está controlado frente a un rival replegado. Esta vez Las Palmas no fue el Espanyol y no reculó, lo que desembocó en tres acciones que obligaron a un sobresfuerzo a la defensa para tapar vías de agua. La única buena noticia anoche fue, sin duda, el mejor nivel ofrecido por los centrales. Setién también cambió de pieza arriba para que el dinamismo de Araujo le diera más salida al juego de su equipo con el fin de no verse arrinconados. Por eso, al contrario que en Cornellá, las opciones del Málaga fueron escasas. Si encima el 'nueve', esa posición que no se ha reforzado, está completamente negado... Y es una carencia que ya pesa como una losa.