Malaga CF

Un Málaga sin pegada sucumbe otra vez (1-0)

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/ David de la Rosa

  • El desajuste en el gol de Joaquín, su escaso acierto en las oportunidades y un árbitro 'casero' ofrecieron al Betis un premio excesivo

El Málaga no carbura. Sin pegada arriba y con desajustes atrás reduce demasiado sus opciones de triunfo. Y se le unió a esto que el árbitro se dejó llevar por la presión del público y no quiso molestar demasiado al Villamarín (muy 'casero'). Con todo ello la derrota estaba casi garantizada. El Betis necesitó muy poco, sólo un fallo defensivo que permitió a Joaquín marcar de cabeza, para hacerse con los tres puntos. No se puede considerar justo el resultado. El premio para los verdiblancos fue excesivo, pero el equipo de Juande Ramos fue incapaz de mantener cierta regularidad a lo largo del partido.

Lastrado por el tanto de Joaquín, el Málaga no encontró su sitio frente a un rival que apretó muy fuerte defensivamente, rozando a veces la dureza. Tuvo más oportunidades que el Betis y debió conseguir un mejor marcador, pero el acierto fue mínimo, inexistente. Antes del gol pudo encontrarse con un penalti o con una falta al borde del área, pero Álvarez Izquierdo no quiso problemas. La suerte, además, también la tuvo de espaldas. Aunque había tiempo para remontar y tuvo oportunidades para hacerlo, todo l salió al revés. En estas circunstancias, como siempre, se echan en falta a los que no juegan.

Juande hizo algunos retoques en el equipo motivados por las características del rival y también como consecuencia de las rotaciones por la disputa de tres partidos en seis días. Lo más destacado e inesperado estuvo en la presencia de Torres como central en el lugar de Koné, mientras que también le dio descanso a Chory Castro, y en su lugar entró Jony. El resto del equipo fue el previsto, incluyendo el cambio esperado de Ricca por el lesionado Juan Carlos. El bloque funcionó sin fisuras en los primeros instantes, con unos minutos iniciales muy tácticos y equilibrados, con algunas acciones aisladas de ataque, como una incorporación de Jony o varios disparos sin excesivo peligro de los béticos en un primer cuarto de hora parejo, salvo en los lanzamientos de córners (favorables a los locales). El primer lanzamiento a la meta verdiblanca fue de Kuzmanovic, y se marchó alto.

La igualdad se pudo romper ya en una excelente acción en la que Juanpi cayó dentro del área y el colegiado se desentendió y no pitó el posible penalti o una falta al borde del área. Pero en la jugada siguiente sí acertó el Betis en otro desajuste defensivo y abrió el marcador. El exmalaguista Joaquín remató de cabeza con comodidad para poner a su equipo por delante. Grave error. Pese a todo, el conjunto verdiblanco tenía la posesión, pero el peligro lo aportaba el once blanquiazul. Kuzmanovic no estuvo fino y cruzó demasiado el disparo tras un pase magistral de Juanpi. La ocasión fue clamorosa. Ricca estrelló el balón en uno de los palos de la meta contraria. Y Charles tuvo otra, pero la fortuna también estaba de espaldas para los malaguistas.

Demasiadas opciones claras malgastadas para un Málaga que no mereció marcharse al descanso con desventaja en el marcador. Los errores seguían castigando a un equipo bien plantado y con vocación ofensiva, pero que no es capaz de acabar con los desajustes atrás. Joaquín estaba solo en el gol. Incomprensible. Y luego, el ataque, sin pegada. Pero siguieron los fallos y nada más arrancar la reanudación Torres tuvo que sacar el balón bajo palos tras una grave falta de entendimiento. Aunque el Málaga seguía buscando el gol: Ricca envió el balón otra vez al larguero y Juanpi disparó fuera.

Salieron al campo En-Nesyri y poco después Duda para buscar un mejor resultado. El marroquí lo intentó nada más salir, pero desde muy lejos. El Betis quería hacer bueno el 1-0 con un juego algo más fuerte de lo que en el equipo sevillano es habitual y paralelamente ralentizando el fútbol, durmiendo el encuentro. El Málaga no sabía cómo hacer daño, pero su problema estaba en que era incapaz de mantener el empuje, sus reacciones. Su juego discontinuo aportaba dudas y ofrecía oxígeno a un Betis incapaz también de hacer mucho más. Y se llegó así al final.

El equipo blanquiazul necesita encontrar cuanto antes la consistencia como bloque. Seis jornadas después sigue estando en construcción, algo que no se está encontrando sus rivales.