A la novena fue la vencida. El día en que el Málaga obtuvo su triunfo más solvente también amarró su segundo objetivo, dejar la puerta a cero. Hasta ayer se había obligado a marcar un mínimo de dos goles para optar al triunfo y, en la práctica, había comenzado todos sus encuentros con un primer tanto en contra, a excepción de la cita inaugural ante Osasuna.
Por tanto, la de ayer fue esa ocasión en la que se rompen todos los registros previos. Justo el día en que el Málaga presentaba más ausencias obligadas, las del sancionado Juanpi, y los lesionados Llorente, Torres, Weligton, Recio, Keko y Charles. Casi todos, jugadores habituados a actuar con asiduidad en el equipo.
Con una defensa de cuatro inédita, el Málaga salió airoso. Formaron Rosales, Koné, Mikel y Juan Carlos. Resulta hasta cierto punto irónico que sin Llorente, el único fijo en la zaga junto a Rosales en las ocho primeras alineaciones, el equipo blanquiazul haya dejado de encajar goles. La racha se prolonga ya a 171 minutos sin recibir goles, y 160 se han jugado ya sin el madrileño.
Por tanto, el Málaga partió ayer con los supuestos tercer y cuarto central de la plantilla, Koné y Mikel, que no cometieron errores graves en acciones puramente defensivos. Bien distinto fueron las dudas que generó en alguna ocasión el burkinés en la salida del balón, al desesperar a más de un aficionado con su exceso de flema.
Un debut afortunado
Individualmente, Mikel Villanueva es de los que sale mejor parado de los dos últimos partidos. Su estreno en la máxima categoría, sin pasar por Segunda y Segunda B, no ha sido nada malo. Situado en el perfil izquierdo, al ser zurdo, es un jugador que demuestra ser muy sobrio en su comportamiento. No trata de imponerse a base de intimidación a los rivales ni por una agresividad desmedida; de hecho, ayer no cometió ni una sola falta, por dos en Vitoria. Parece afanado en dejarse ver poco, en pasar inadvertido, lo que no es poco en el caso de un defensa.
A su lado, Koné no cometió errores graves, y en el costado izquierdo empieza a imponerse Juan Carlos en su pugna particular con Ricca, lastrado por su mal inicio de temporada, a un nivel distinto que el mostrado en la pasada campaña.
Pero que el Málaga dejara su puerta a cero fue fruto del trabajo no sólo de los defensas, sino de los catorcefutbolistas empleados por Juande. Kameni se repuso de un mal despeje en un primer remate de Gabriel, y en casi todas sus acciones posteriores estuvo acertado, salvo una salida a destiempo ante Szymanowski.
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