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Mikel: «Por supuesto que la mía es una historia atípica»

Mikel, que ya ha debutado en Primera y se asienta en la élite, muestra su técnica con el bate.
Mikel, que ya ha debutado en Primera y se asienta en la élite, muestra su técnica con el bate. / Salvador Salas
  • El defensa venezolano se asienta en la mejor Liga del mundo después de dejar el béisbol y de comenzar en el fútbol a los 19 años

Mikel Villanueva (San Cristóbal, en el departamento de Táchira, nacido el 14 de abril de 1993) es un caso totalmente excepcional en la élite. Juega en la mejor Liga del mundo con menos de tres temporadas de recorrido en el mundo del fútbol, sin haberse formado en sus años de adolescencia en ningún club. Todo comenzó a los 19, y ya ha jugado sus dos primeros encuentros en Primera División en España, ambos con buen balance. El sábado le aguarda el Atlético de Madrid. El venezolano concede en exclusiva a SUR su primera entrevista en España. Abandona el vestuario cerca de las dos del mediodía después de ser atendido en las uñas de un pie por un podólogo.

–Usted ha jugado al béisbol y al fútbol. ¿A qué le dio más importancia desde pequeño?

–Desde pequeño jugaba al béisbol, pero también al fútbol, sólo que esto último lo hacía como afición, nunca estuve en una escuela o en la cantera de un club, como suele hacer casi todo el mundo. Siempre estuve en el béisbol, y cuando cumplí la mayoría de edad, dado que no pude hacerme profesional en el béisbol, empecé a estudiar (Ingeniería Industrial), y ahí fue cuando me vieron jugando al fútbol y me ficharon en el Deportivo Táchira. Tenía 19 años. Estuve seis meses de juvenil y en dos años llegué aquí.

–¿Destacaba o no jugando al fútbol?

–Yo jugaba con mis amigos, en la calle. No jugaba de defensa, sino adelante. Me gustaba hacer goles, pero no me lo tomaba en serio. Nunca lo entrené. Físicamente, el béisbol y el fútbol son muy diferentes, y en Venezuela es el deporte al de élite, al que quise dedicarme, aunque lógicamente ahora estoy contento en el fútbol.

–Como jugador de béisbol, ¿en qué puestos actuaba?

–Era ‘pitcher’ (lanzador) y ‘short stop’ (campo corto, jugador que ocupa la posición entre la segunda y tercera bases). Nunca llegué a más.

–¿Y cuál fue su recorrido futbolístico en Venezuela?

–Me crié en San Cristóbal, una zona fronteriza con Colombia, mientras que Juanpi y Rosales son de Caracas. Cada zona tiene su forma de ser. Somos de los Andes, cordillera alpina, y hablamos un poco diferente. Por mi origen jugué en el Deportivo Táchira, en su filial, subí al primer equipo y debuté en la élite. Luego me fui al Deportivo Lara, donde estuve un año, antes de venirme ya para acá, al Atlético Malagueño. En mi país jugué más de lateral izquierdo que de central.

–¿Cómo llega la posibilidad de recalar en Europa?

–Fue a través del agente de Juanpi (Juan Mata, padre del jugador del Manchester United). La verdad es que desde que estoy con él todo ha sido excelente. Me salieron oportunidades muy rápido, como la del Valladolid, en Segunda, y la del filial del Málaga. Surgieron ambas al mismo tiempo, y creo que opté por la mejor.

–Según tenemos entendido aquí llegaba por un año al Malagueño, con la posibilidad de firmar después un contrato profesional de tres por el primer equipo, como así ha sido al final...

–Mi motivación siempre fue esa poder estar con el primer equipo, jugar en Primera, pero antes que eso saltar a Europa era lo más importante. Le verdad es que no me costó mucho la adaptación. Estaban Rosales y Juanpi, más Ayrton y Jaime Moreno en el filial. Eso fue importante, me ayudó mucho. Con el fútbol siempre me caractericé por jugar mucho la pelota, y creo que eso me ayudó mucho aquí.

–¿Causa extrañeza en su país su rápida ascensión, apenas dos años en el fútbol y ya jugando en la mejor liga del mundo?

–Sorprende, por supuesto. Es muy raro. Además, en mi entorno no tuve a nadie que jugara al fútbol a nivel profesional. Es una historia atípica, no la encuentro a mi alrededor. En Venezuela me apoyan mucho, y cuando me tocó jugar con la selección creo que las cosas me salieron bien.

–Hizo usted unas declaraciones en zona mixta tras el duelo en Vitoria, el de su debut, que Juande Ramos le comunicó unos días antes esa semana que iba a jugar...

–Bueno, uno tiene siempre la sospecha durante la semana sobre si va a jugar a o no, pero no me lo comunicó el técnico de antemano. Me trató como un jugador más del equipo. La confianza de jugar ha sido muy importante para mí.

–¿Cómo ha sido el debut?

–Las sensaciones han sido muy buenas. Estoy muy contento. Gracias a Dios todo me ha salido bien y espero seguir así. Siempre he confiado en mi juego. Me ha ayudado mucho confiar en la capacidad que tengo y creo que lo he demostrado. A ver si puedo continuar en esa línea.

–¿Cómo se define?

–Confío mucho en mi juego. Me gusta mucho salir jugando el balón. No me considero un zaguero duro, aunque siempre has de ser sólido defensivamente, y me faltan detalles que cada día he de ir aprendiendo en los entrenamientos.

–Coincide en que es muy distinto jugar de central que hacerlo de lateral, como con Venezuela, ¿verdad?

–Sí, está claro. A mí me gusta más actuar de central, creo que es lo mío, pero no tengo ningún tipo de problemas de hacerlo también como lateral.

–¿Qué objetivo se marca a título personal para esta temporada?

–Seguir teniendo minutos, ayudar al equipo y poder meternos en Europa.

–¿Se ve jugando el sábado en el Vicente Calderón ante Griezmann, uno de los mejores jugadores del mundo?

–Sí, claro que sí, pero si no soy yo el que esté en el campo, seguro que habrá otro compañero que lo puede hacer bien también.

–¿Cómo ha visto el inicio liguero del Málaga?

–Poco a poco hemos ido subiendo el nivel, y ahora hemos cogido esa confianza que hacía falta con el último resultado y ahora esperamos seguir en la misma línea y continuar obteniendo resultados positivos.

–¿En qué le insiste más Juande Ramos?

–Sobre todo en aspectos defensivos, en ser sólidos, pero también es un entrenador al que le gusta que su equipo tenga la iniciativa en el juego.

–Si no hubieran estado Juanpi y Rosales, sería más difícil para usted el día a día.

–Sí, claro. Siempre es bueno tener un apoyo de compañeros del mismo país (De hecho ayer mismo abandonaba La Rosaleda en el vehículo de Rosales?

¿Es verdad que sus raíces son españoles?

–Sí, mi abuelo es vasco, creo que de Bilbao, y mi abuela gallega, de Orense. Ya no viven y fallecieron en Venezuela. También tengo unos tíos en otras ciudades de España y a mi hermano conmigo, pero la mayoría de la familia está en mi país. Sólo he podido volver una vez a Venezuela en los últimos meses, y es cierto que echo de menos a mi gente.

–¿Qué es lo que más le gusta de Málaga?

–Me gusta todo, el hecho de ser costera, el carácter de la gente. Se vive muy bien aquí y estoy muy contento.

–¿Es cierta esa leyenda negra de que no se le da nada bien el volante?

–(Risas...) No no, nosotros los venezolanos bromeamos mucho.... Por supuesto que no...

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