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OJO DE HALCÓN

URGE UN ENTRENADOR

Sergio Cortés

Lunes, 27 de febrero 2017, 07:47

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En el deporte de alta competición se exigen decisiones. Es una demanda lógica que casi siempre va unida a los resultados. Siempre surgen excepciones. Probablemente Garitano, liquidado ayer en el Deportivo, tuviera más predicamento entre sus jugadores que Víctor en el Betis, por poner un ejemplo. En el Málaga, de un tiempo a esta parte, se ha instalado el 'buenismo'. Todo es positivo, todo es mejoría, todo es evolución. La realidad es otra: es un club en el que triunfa el 'bienqueda'. A Al-Thani le gustan los fuegos de artificio, en forma de foto o a golpe de clic en el móvil, y no digamos que el séquito que lo rodea le dé la razón en todo. En el capítulo deportivo el problema es más profundo. El responsable de esta parcela y el entrenador, Arnau y Romero, mantienen mentalidad de futbolista. Es decir, todo son excusas. Por lo tanto, ¿quién aprieta a los jugadores? Desde Pellegrini, un líder con mayúsculas -más acentuado cuando vinieron mal dadas-, sólo lo hicieron Schuster y Juande, entrenadores incómodos para tanta comodidad en el vestuario y tanta sumisión a los futbolistas. En Ipurua vimos a un equipo con hambre y, por supuesto, no era el Málaga. El verdadero salto de Romero (o no) se producirá cuando se libere de ataduras, cuando deje de ser un colega, cuando se gane el respeto, cuando no sea tan evidente su 'querencia' a alinear a jugadores por cuestiones de afinidad, paisanaje (se hacen apuestas sobre Ricca) o simplemente porque le bailan el agua, cuando esté más pendiente del campo que del 'linier', cuando sea él y sólo él quien tome las decisiones... Urge un entrenador. Debe mostrar más personalidad si no quiere pasar a la historia como un interino más. Y, lo más valioso para él, si quiere demostrar que está preparado.

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