Malaga CF

Míchel, en corto y al pie

Míchel, durante la entrevista con SUR.
Míchel, durante la entrevista con SUR. / Salvador Salas
  • Sus declaraciones a SUR calaron en la plantilla. Pero no provocaron un terremoto. Al contrario, los jugadores asumen que el entrenador habla muy claro dentro y fuera del vestuario

No pareció una entrevista, sino una conversación. No hubo un ápice de ‘táctica defensiva’ cada vez que se le lanzaba una pregunta en su nuevo despacho en el estadio Ciudad de Málaga. Tampoco él puso un límite de tiempo. Fue Míchel en estado puro, el tipo sin pelos en la lengua que en sus tiempos como futbolista despertaba tantas pasiones, entre los periodistas y los aficionados, como feroces críticas. El mismo que se marchó del Bernabéu como en la ‘espantá’ de algún torero, el mismo que protagonizó aquella inolvidable escena con Valderrama cuando iba a lanzarse un córner, el mismo que dijo aquel «Me lo merezco» cuando marcó los goles ante Corea del Sur en el Mundial de Italia. En corto y al pie. Así se comporta siempre el actual entrenador del Málaga, y en la entrevista con SUR fue fiel a su forma de ser. Igual que encaraba al contrario, encara las situaciones en la vida. Quizá tan a pecho descubierto que está muy lejos de lo políticamente correcto. Por eso, sus mensajes en las cuatro páginas publicadas ayer por este periódico (una transcripción de más de 52 minutos de diálogo) calaron hondo ayer en el malaguismo... y en el vestuario.

Alguna de las frases tuvieron tanto calado en el seno de la plantilla que el propio entrenador, pese a asegurar que no lee lo que se escribe del Málaga desde que llegó («no quiero entrar en la confusión de vuestras ideas», desveló), supo que había tenido repercusión en el vestuario. Más que nada, porque fue la comidilla. Pero no el mensaje en sí, porque ya se lo había expuesto a ellos, sino que ya fuera público, que se conociera también de puertas afuera.

Tocar teclas en cada momento

Nunca ha sido Míchel un tipo que provoque indiferencia. Si alguien pensaba que en el Málaga iba a mostrarse como la mayoría de los entrenadores actuales, con exceso de prudencia y de mensajes huecos, se equivocaba por completo. El madrileño maneja a la perfección el fútbol como un juego y sabe qué teclas debe tocar en cada momento en las situaciones ajenas al terreno de juego. Luego, como él insiste, el partido es más de los futbolistas, de su comportamiento, de su talento y de su rendimiento.

Por ejemplo, Míchel está centrado exclusivamente en el Málaga. La programación del encuentro televisivo con Bertín Osborne a estas alturas (fue grabado a finales de diciembre) ha llegado en un momento no muy oportuno. Primero, porque evidentemente no se hablaba un solo minuto de su actual equipo, y segundo, porque precisamente ahora el técnico no quiere preguntas o entrevistas que salgan del ámbito meramente local. «¡Anda que está la cosa como para dispersarse!», dijo sonriendo durante la entrevista con SUR cuando se le preguntó si en su fuero interno aspira a ser entrenador del conjunto que lo hizo famoso.

Míchel ha rechazado celebraciones de cumpleaños (ayer hizo 54) y también entrevistas que puedan entrañar preguntas ajenas al Málaga. En lo primero fue tajante: nada de fotos con una tarta . El momento no está para fiestas, sino para estar muy centrados en la situación del equipo y en revertir la dinámica negativa. En lo segundo tiene claro que, al amparo de la próxima visita del Atlético de Madrid, los medios de difusión nacional iban a solicitar hablar con él para preguntarle lo mismo por la marcha de Luis Enrique como entrenador del Barcelona que por la conveniencia o no de que en el Madrid juegue la llamada ‘BBC’. Osimplemente por la relación entre Simeone y Fernando Torres. Ya Míchel, sencillamente, esto no le interesa.

El entrenador malaguista está a lo que debe estar. Yeso es sólo y exclusivamente el Málaga. Porque si él exige a los jugadores que estén centrados y quiere trasladarles calma y tranquilidad, lo último que él tiene que hacer es provocar distracciones con declaraciones sobre aspectos que no estén relacionados con el equipo. Míchel sólo quiere que se hable de él como entrenador blanquiazul, porque es consciente de que hay demasiado en juego. Yél, que nadie se llame a engaño, tiene la ilusión de estar muchos años en el club, de construir un equipo que tenga estabilidad en la élite.

Los cinco sentidos

Pero para eso el primer paso es asegurar la permanencia cuanto antes. Ahí Míchel tiene puestos (y tendrá estos dos meses) sus cinco sentidos. Ypara lograr el objetivo debe utilizar todos los argumentos posibles. Por eso en la entrevista con SUR fue tan contundente en sus declaraciones. Una cuestión es que él llegue bien a los jugadores y que haya conectado con ellos, y otra, que no les vaya a exigir lo máximo. Pero no a unos pocos, sino a todos. Y los primeros, los que deben dar ejemplo y deben tirar del carro, son los que tienen contrato en vigor. «El año que viene voy a estar yo, y algunos jugadores con contrato saben que tienen que espabilar en estos dos meses y medio», recalcó. Aviso a navegantes. Pero también a algunos fichajes que no han dado el nivel mínimo, de ahí esa alusión a aquellos futbolistas «que llegan a nuevos clubes y se achantan, se hacen más pequeños». O a aquellos que se sientan titulares indiscutibles. «La comodidad no existe para nadie», apuntó.

En otras circunstancias, incluso con otro entrenador, las declaraciones de Míchel a SUR habrían provocado un terremoto en el vestuario. Pero no fue así. Antes al contrario, los futbolistas asumen que el su técnico les ha hablado muy claro desde el primer día y que, por su forma de ser, así lo transmitirá también cara al exterior. Porque Míchel lo ve todo muy sencillo. Y en el fútbol, en corto y al pie.

Recibe nuestras newsletters en tu email

Apúntate