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LAS COSAS DE CAÑETE

UNA PLANTILLA CON BORRONES

Trece integrantes del equipo han descendido alguna vez, el resultado de contratar a los más baratitos, pero los hay peores...

PACO CAÑETE

Lunes, 27 de marzo 2017, 22:34

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En estas páginas Pedro Luis Alonso publicó anteayer un reportaje titulado: 'Acostumbrados a caminar sobre el alambre', en el que, gracias a un excelente trabajo de investigación, demostraba que un elevado número de jugadores del Málaga han pasado por el amargo fracaso de vivir una caída de categoría. El periodista señalaba que «a pesar de que se cuestiona la falta de experiencia de los malaguistas en situaciones de lucha por la permanencia, casi todos han protagonizado esa realidad». Por supuesto que los más jóvenes del plantel desconocen esas clasificaciones. Por lo que a mí respecta, la conclusión es otra, con la correspondiente distancia de clubes y competiciones. La relación de malaguistas con algún descenso de su currículo es amplia: trece. En la formación titular que jugó en Leganés, ocho. Con la fábula por delante, 'Si eran galgos o podencos', todavía podemos analizar la tabla actual con el estribillo de que los hay peores. Sí, ya, cómo, según, pero. ¡Cuidadito!..

La realidad sólo tiene esta dirección: Según siembras, cosechas. Años atrás, con entrenador y jugadores de categoría, se alcanzaron excelentes resultados y. Felicidad. Hoy, con cualquier director deportivo en el club, traspasando a los que destacan y contratando a los más baratitos o a desconocidos, ya ven el resultado. Don Santiago Bernabéu, presidente de presidentes, se miraba en el espejo del historial deportivo y moral del profesional a fichar. Sobran comparaciones. El Málaga está completito de profesionales con borrones en la hoja de servicios. De momento, eso sí, los hay peores. Por cierto, ¿Al-Thani sabe que no es lo mismo sumar que restar?

Otro tema embrollado que no entiendo. La FIFA está decidida a que la ayuda por vídeoarbitraje sea una realidad en el fútbol a partir de 2018. Una serie de equipos trabajan a buen ritmo para su instauración. En Europa los grandes se han comprometido con el tema. En España, la Federación no sólo no se implica, sino que además ni contesta. Italia, Inglaterra, Portugal, Bélgica, Alemania y Holanda ya lo tienen más o menos preparado. Existen muchos intereses y la lucha no ha hecho más que empezar. ¿Por qué la RFEF de momento da la sensación de que ni le va ni le viene?... Y a nuestros árbitros, 'Que los registren'. ¡Menudo panorama!. Luego, como es habitual, las culpas al maestro armero.

Repasando fichas del pasado blanquiazul, me detengo en la de un futbolista que fue modelo de entrega y rendimiento: Borredá, un valenciano de Onteniente, que a sus 85 años, reside en nuestra ciudad. No era de clase exquisita, pero su colaboración en el conjunto era indispensable. Volante de corte defensivo que terminó sentado en el centro de la zaga. Durante sus seis temporadas en el club, encuentras una serie de vivencias que merecen la pena recordarlas, aparte del marcaje que le hizo a Di Stéfano, que fue noticia en la España futbolera, como el accidente aéreo en el Aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife, que Gonzalo recuerda con todo lujo de detalles: «Yo creo que el avión se cayó porque nos desviamos en el viaje para pasar por Casablanca y dejar una rueda para otro aparato. Por ello nos retrasamos y llegamos a Tenerife sin apenas luz. Lo mejor de todo fue que, tras rozar con unos cables de alta tensión, cayó a tierra, en una pendiente, y mientras se deslizaba cuesta abajo chocó con una casita que fue la que nos salvó. Se rompió por detrás y pudimos salir». Borredá tiene más recuerdos de aquel partido en Tenerife, que se jugó varias fechas después de la prevista. En aquella ocasión estaban muy nerviosos. Un jugador contrario realizó un control y Borredá le iba a propinar un punterazo a la pelota cuando el delantero se giró y le cogió de lleno. Tanto que lo mandó fuera del campo. Fue expulsado, claro.

Al contrario que sus compañeros de entonces, Borredá no cogió miedo a viajar en avión. Todo lo contrario. Aquello sucedió en 1957 y varios años más tarde fichó en el Tenerife, que cada dos semanas días se desplazaba por vía aérea a la Península. Siempre manifestó que le preocupaba más viajar en coche. ¡Y tampoco se libró de otro percance por este medio! En Sabinillas. Iba solo. Se le fue el coche en una pendiente con curva. Se salió de la carretera, dio dos vueltas de campana y logró salir del vehículo segundos antes de que se incendiara. Salió ileso. Gonzalo Borredá Donat, malagueño de adopción, que siente la marcha de los blanquiazules como si estuviera en la plantilla.

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