Malaga CF

Sin profundidad no hay gol

Sandro, en una acción del partido del sábado.
Sandro, en una acción del partido del sábado. / Ñito Salas
  • El abuso del pase horizontal lastra al Málaga en ataque: sólo lleva ocho goles en trece partidos en lo que va de año

El Málaga no da sensación de peligro. La inoperancia se ha convertido en una constante del equipo en lo que va de año y se refleja en datos ciertamente preocupantes para encarar las últimas nueve jornadas de Liga en Primera División. De un tiempo a esta parte es cada vez más evidente el abuso del pase horizontal y ya se sabe que sin profundidad no hay gol.

El Atlético de Madrid vivió el sábado en La Rosaleda un partido muy plácido. Se pertrechó atrás y le dejó al Málaga la pelota, pero la posesión local del 59 por ciento fue ficticia. El cuadro blanquiazul movió la pelota sin dar pases perpendiculares y así no fue capaz de superar líneas. Los defensas visitantes apenas sufrieron en su zona de seguridad, porque únicamente Pablo trató de asumir en ese tipo de envíos. Mientras, José Rodríguez la entregaba casi siempre a un compañero a su altura o la retrasaba, sin exponer lo más mínimo.

Las dificultades se acentuaron el sábado debido al empleo de un nuevo sistema con tres centrales, porque el equipo perdió profundidad ‘por fuera’ debido a la falta de extremos. Pero en descargo de Míchel es obligado recordar que en partidos anteriores, con ese tipo de futbolistas, el nivel ofensivo del equipo también fue muy pobre, y la presencia en el área rival, casi nula. Chory Castro, Keko y Jony llevan toda la temporada muy lejos de las expectativas creadas, sobre todo los dos últimos.

A balón parado

Y no es sólo cuestión de juego. A balón parado el Málaga es un equipo que apenas intimida. Habitualmente se alude en este tipo de acciones a los córners y los libres directos e indirectos, pero en el caso del equipo blanquiazul también conviene incluir los saques de banda, siempre ejecutados por Luis Hernández. Estos últimos suponen hoy por hoy el principal argumento ofensivo, lo que evidencia hasta qué punto pasan factura las carencias. Sin embargo, la falta de un delantero centro de nivel también ha sido un lastre enorme durante toda la temporada.

Frente a los 25 goles en los primeros 16 partidos –básicamente porque Juande Ramos exigía más pases perpendiculares y más llegada al área de los jugadores de la segunda línea– el equipo cuenta con un promedio desolador en este 2017, porque sólo ha materializado ocho en 13 encuentros (en decir, en el equivalente a un tercio de Liga).

Es incluso más grave el detalle de que en casi la mitad de esos partidos en lo que va de año (seis de los trece) se ha quedado a cero. En los últimos 595 minutos, más de seis encuentros y medio, únicamente ha marcado dos goles, de Pablo y Juan Carlos (ante el Betis y el Alavés).

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