Malaga CF

El laboratorio de Míchel

Peñaranda, en un ejercicio junto a Ricca.
Peñaranda, en un ejercicio junto a Ricca. / Ñito Salas
  • El técnico ha empleado la friolera de veinticuatro jugadores distintos en sus seis jornadas al frente del equipo, en las que alterna sistema

Un laboratorio. Esa es la mejor imagen para reflejar el trabajo que viene desarrollando Míchel en estas seis jornadas ligueras. Tan poco tiempo ha dado para muchas combinaciones en los once iniciales del Málaga, para plantear sistemas de juego diferentes y para que participen todos los jugadores que trabajan sin problemas físicos a las órdenes de Míchel, con excepción del guardameta suplente, Boyko.

No es nada normal que un entrenador recurra a veinticuatro jugadores distintos en sólo seis partidos, y es el caso de este Málaga. Se han dado algunas circunstancias para justificarlo, como las lesiones y sanciones, el hecho de haber jugado tres encuentros en una semana de lapso –ante el Atlético de Madrid, el Sporting y el Barcelona– y la necesidad de probar nuevas opciones después de que no se sumara un triunfo en ninguno de los tres primeros choques.

En todo caso, Míchel no se cansa de remover el árbol en su búsqueda de un Málaga más competitivo, con mejor respuesta en el campo. Veinticuatro opciones diferentes son muchas si se tiene en cuenta que sólo se puede recurrir a un máximo de catorce por choque. Por eso, además del mencionado Boyko, han sido Koné y Kuzmanovic –lesionados– y el central canterano Luis los jugadores de campo que no han entrado en todas estas combinaciones.

El técnico malaguista ha usado hasta tres sistemas de juego diferentes. Salió con un 4-4-2 ante el Alavés (1-2), el Leganés (0-0) y el Sporting de Gijón (0-1), y probó con una defensa de cinco en las otras citas, pero con la variante del 5-3-2 contra el Atlético de Madrid y un 5-4-1 ante el Barcelona y el Deportivo.

Tanta variedad de dibujos refleja también que a Míchel le gusta plantear los encuentros de forma individual y teniendo en cuenta las virtudes del rival, para tratar de contrarrestarlas. De esta forma buscó anular los espacios por dentro contra el Barcelona, y tratar de sorprenderlo con transiciones rápidas. En esa ocasión la idea planteada de inicio salió a la perfección, pero no tanto ante el Leganés, el Atlético o el Deportivo, partidos en los que su equipo apenas generó peligro de gol, a excepción de los minutos finales o cuando el choque ya estaba muy decantado para el rival.

Pese a la multitud de jugadores y de sistemas empleados por Míchel, hay cinco fijos en todas sus alineaciones; es decir, casi medio equipo: Kameni, Rosales, Luis Hernández, Camacho y Sandro. Con la salvedad del central madrileño, reclutado en enero procedente del Leicester City, lo cierto es que los otros cuatro también fueron fijos para los otros dos entrenadores que ha tenido el Málaga esta temporada. Sólo está la excepción de Kameni, que en el periodo final de 2016 pasó cerca de un mes de suplencia en beneficio de Boyko, en una decisión técnica de Juande Ramos.

Por líneas, en la defensa Míchel empezó confiando en Demichelis, pero su mala actuación ante el Alavés lo llevó a apostar por Llorente.En el lateral izquierdo han llegado a jugar Torres, Juan Carlos, Ricca y Mikel, debido también a diferentes vicisitudes. En el centro del campo, el técnico ha dejado de contar con José Rodríguez. La recuperación de Recio y de Juanpi (que hoy pasará por el quirófano) han contribuido a esta circunstancia. En las bandas ha habido muchas pruebas: Chory Castro ha sido asiduo, y Ontiveros y Jony nunca han sido titulares, pero en ocasiones se ha jugad o sin extremos, en un dibujo con ‘carrileros’ e interiores. Finalmente, en punta, Sandro ha jugado solo (ante el Barcelona y el Deportivo) o acompañado de salida por Santos (en Gijón), Charles (contra el Alavés y el Leganés) o Keko (frente al Atlético).

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