Malaga CF

Casanova decide dejar la dirección de la Academia del Málaga

Casanova posa delante de La Rosaleda.
Casanova posa delante de La Rosaleda. / Fernando González
  • El calvario físico vivido y su nueva situación lo obligan a dar un paso atrás, a no vivir días maratonianos en La Rosaleda. Al-Thani lo quiere en primera línea y él optará por ayudar a Arnau en lo que necesite

La decisión está tomada... a expensas de una reunión definitiva con el presidente, Abdullah Al-Thani. Manel Casanova va a dejar la dirección de La Academia. Con todo el dolor de su corazón, porque le apasiona trabajar en la cantera (su labor durante varias décadas, primero en el Espanyol y después en el Málaga), el calvario físico vivido durante el último año y medio y la nueva situación en la que se encuentra lo obligan a dar un paso atrás. Las conversaciones entre él y el director deportivo, Francesc Arnau, se producen casi a diario, así que sus funciones en el futuro están por perfilar, aunque ambos tienen una idea clara de por dónde pueden ir los tiros.

Se va a hacer extraño hablar de Manel Casanova sin que al mismo tiempo se recuerde su cargo, director de La Academia; es decir, máximo responsable de la cantera malaguista. Pero el catalán ya lo tiene muy claro: su salud debe estar por encima de todo. Esa debió ser siempre la máxima, aunque nunca la cumplió. Cuando comenzaron los problemas físicos que acabaron el pasado domingo (esa mañana el último punto de sutura que le estaba dando la lata dejó de hacerlo), sus amigos más cercanos y su familia le insistieron en la necesidad de que tomara precauciones, de que evitara las jornadas maratonianas en La Rosaleda, de que no forzara más de la cuenta.

Aquellos consejos cayeron en saco roto. Cuando recibió el alta, bajó inmediatamente de Barcelona a Málaga y, lejos de reducir su ritmo de trabajo, se empeñó en recuperar el tiempo perdido con más horas y más intensidad en las oficinas de La Rosaleda. «Manel, no puedes seguir así», escuchó en repetidas ocasiones. Y no sólo por parte de Arnau, José Luis Ruiz (gerente de la cantera) o sus principales colaboradores en La Academia. También por amigos que no trabajan en el Málaga.

Casi pierde una pierna

Hasta que la situación empeoró de forma drástica. Tuvo que ser ingresado de urgencia por una infección masiva que casi lo llevó a perder una pierna. Los primeros días fueron angustiosos. Sólo cuando los médicos lo descartaron él pudo respirar tranquilo. Pero sí le advirtieron de que empezaba un proceso muy largo. Fue entonces cuando Casanova comenzó a asumir que debía centrar todos sus esfuerzos en su recuperación física. En la lejanía comenzó a distanciarse del fútbol (por su forma de ser, no mucho y a la fuerza) y únicamente sus más cercanos saben lo que él sintió postrado en la cama del hospital mientras el equipo juvenil se convertía en el mejor de España. Fue una mezcla de nervios, impotencia, satisfacción y euforia.

«Que sepas que el alta no te la va a dar sólo el médico. Te la tenemos que dar el médico, Merçé (esposa de Casanova) y yo», le ha repetido Arnau estos meses. El que fue su fiel escudero en La Academia, ahora máximo responsable deportivo, ha estado pegado a él en el día a día de la enfermedad, igual que Casanova ha estado pegado al exguardameta en los momentos de más desánimo de este. Porque Arnau siempre ha tenido dos cosas claras: que Casanova es un activo importantísimo del club y que al mismo tiempo debía velar por su salud.

El largo periodo de inactividad de Casanova obligó a Arnau a elegir un sustituto para llevar las riendas de La Academia y finalmente se optó por Miguel Ángel Calzado. Este iba a formar parte desde el comienzo del grupo de trabajo del nuevo director deportivo en diciembre de hace dos años, pero no fue factible su salida del Sevilla y hubo que esperar varios meses. Desde su llegada se repetía la misma pregunta en La Rosaleda: «¿Qué pasará cuando vuelva Casanova?». Entonces sólo se pensaba en el presente...

Presión de familia y amigos

Pero la situación de Calzado no va a cambiar. Casanova ya les ha hecho llegar a sus familiares y amigos –entre ellos, obviamente, Arnau– que dejará el cargo de director de La Academia. Su nueva situación física lo va a condicionar a la hora de moverse tanto como antes (de ir a ver entrenamientos, de hacer kilómetros para seguir a un jugador, de ‘tragarse’ cuatro o cinco partidos en un día) y va a dar un paso atrás. Es evidente que su mujer, sus hijos y su entorno más cercano respiran ahora más tranquilos, aunque es cierto que todos ellos lo han presionado tanto estos meses que al final ha dado sus frutos.

¿Cuál será la nueva situación de Casanova en el Málaga? Aún está por definir, aunque él sí tiene asumido que deherá limitar las horas de trabajo y evitar las jornadas maratonianas en La Rosaleda. El presidente, que en su momento lo llamó personalmente para ponerse a su disposición y ofrecerse para correr con los gastos que fueran necesarios en el mejor centro médico del mundo, tiene en un pedestal al que ha sido máximo responsable de la cantera y quiere que esté en primera línea. Ambos y Arnau perfilarán el futuro en una reunión conforme Casanova retorne a Málaga –que, por cierto, quiere hacerlo en dos o tres semanas–, pero todo parece indicar que será el principal colaborador del director deportivo. Por encima de todo, en esta ‘nueva vida’ quiere ayudar en lo que sea necesario a Arnau y al club. Sus funciones serán otras y nadie cuestiona que seguirá siendo un ‘martillo pilón’.

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