Muchas de las miradas que atraía el último encuentro de Liga recaían sobre el técnico del Málaga, Míchel, cuyo pasado madridista provocó todo tipo de comentarios antes de que comenzara a rodar el balón. Ya lo dejó claro el madrileño en Twitter con ese «A lo nuestro» tan breve y tan conciso: no le importaba lo que dijeran de él. «Los que hablan no es gente cercana al fútbol. Los que viven el día a día aquí saben que he planteado los entrenamientos igual. Esos comentarios forman parte de un espectáculo malo», explicó con rostro serio Míchel, que añadió: «Si cabía alguna sospecha, hemos demostrado honestidad. Pero los que dudan de mi honestidad encontrarán otra oportunidad. Se cree el ladrón...».
Míchel no ha perdido esta semana «ni un segundo» en justificarse, porque eso habría significado distraerse del trabajo diario. Sí dedicó varios minutos en la sala de prensa Juan Cortés de La Rosaleda a felicitar a los jugadores, algo que el entrenador malaguista hace en cada comparecencia. «Los jugadores se merecen mi abrazo y mi aplauso porque han hecho mucho por mí. Hoy tenemos que felicitarnos por acabar la temporada ‘aseadamente’», apuntó. Aunque confesó que sus pupilos estaban «cariacontecidos» en el vestuario porque habrían preferido estar más cerca de la igualdad con su rival de anoche, Míchel es consciente de todo lo que se ha sufrido en el club esta temporada y solo piensa en el futuro.
Para el técnico, estos dos últimos meses al frente del banquillo malaguista han sido «muy intensos». «No han acabado como queríamos, queríamos quedar más arriba, pero los jugadores lo han hecho muy bien. No merece la pena pararse a pensar en qué habría pasado si se hubiese reaccionado antes». Si tuviese que dar una nota a la plantilla, Míchel responde en un segundo: «Sobresaliente cum laude». «No solo por lo que habéis visto, sino mucho más por lo que no se ve. Hay gente que no ha jugado mucho y ha respetado mis decisiones. Solo han sido dos meses pero gracias a ellos hemos se ha dado la vuelta a una situación límite», comentó.
Misma actitud
Míchel ha demostrado en varias ocasiones que le ilusiona comenzar a preparar la temporada que viene. Para ello, lo único que pide a los futbolistas es «la misma actitud» que han demostrado en el último tramo de Liga, en el que el Málaga ha corregido el rumbo a base de buenos resultados. No pudo obtener ningún punto en esta última jornada por un partido «marcado por el comienzo». «No nos ha dado tiempo ni a ser inferiores. Hemos intentado todo ante un rival muy seguro. No puedo reprochar nada a nadie», sentenció sobre el encuentro.
Tuvo tiempo Míchel de elogiar también al rival, un equipo «compacto, con calidad en todas sus líneas y con carácter de campeón». «No sería justo que yo valorase el trabajo de Zidane desde mi parcela. Intuyo que maneja bien el vestuario, pero yo no tengo experiencia en ese tipo de vestuarios, así que cualquier comentario no sería justo. Solo me queda felicitarle porque va camino de hacer historia», aseguró.
Zidane no pudo quitarse la sonrisa de la cara durante la rueda de prensa, que se vio interrumpida cuando Marcelo, Morata, Danilo, Lucas Vázquez y Casemiro entraron con botellas de champán para empapar al técnico francés. Una vez reanudada la comparecencia, ya en una silla seca, el entrenador madridista se mostraba muy aliviado por acabar de la mejor forma posible «el título más importante para un entrenador». «Lo hemos conseguido sufriendo. La clave del éxito ha sido el grupo, que ha estado muy unido todo el año, los que han jugado más y los que han jugado menos», aseguró. Para Zidane, la clave del triunfo ha estado en unos jugadores que han creído en el «mensaje». «Al final lo importante es el trabajo y creer en lo que estás haciendo. Yo solo soy una parte de eso. Ahora estoy muy feliz, es el día más feliz de mi vida profesional», confesó el francés.
Si tuviera que quedarse con un momento clave del campeonato, serían los tres últimos partidos ganados: «espectacular». De Cardiff no quiso hablar Zidane, que prefirió celebrar con sus futbolistas.
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