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Keko, en una pugna con Sergio Ramos. :: ñito salas
UN PARTIDO SIN EMOCIÓN
LAS COSAS DE CAÑETE

UN PARTIDO SIN EMOCIÓN

El duelo ante el Real Madrid perdió pronto aliciente con el rápido gol de Cristiano, y la mayor nota fue para la afición malaguista

PACO CAÑETE

Lunes, 22 de mayo 2017, 23:03

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Soñar no cuesta nada. Lo peor es que alguno se quedó profundamente dormido con el cuento de la semana. Pero allí estaba la defensa del Málaga, tombolera otra vez, de despertador. El regalito llegó al minuto y medio. Y se acabó todo, la función se quedó sin emoción. Tanto que en la segunda parte los cambios se realizaron a pares, como en partido de verano. Benzema es el auténtico rey del fuera de juego&hellip Aunque alguno cuela. Curioso: Keko y Jony apuntan, caracolean y ¡Zas!, pinchan. Noticia: Danilo forzó el córner que dio lugar al segundo gol. Cambio córner por saque de banda de Luis Hernández a la altura del área. A Isco le aplauden en todos los campos de España. La ovación que le dio La Rosaleda salió del corazón del los malagueños. ¿Cree usted que Sandro se despidió de la afición?. Yo también. De toda la vida, Málaga y Real Madrid se enfrentaban con sus colores oficiales. Ahora no. Los nuestros salen de merengue, con unas rayitas celestes. Cuando arrancó el partido, el Málaga tenía asegurada la undécima plaza: Valencia y Celta fueron generosos. El encuentro no fue bueno ni malo, sino todo lo contrario. Los prolegómenos, lo mejor. A partir de ya, a traspasar, a desfichar y a ver lo que queda para auténticos y verdaderos refuerzos. A modo de conclusión de temporada, la máxima nota para la afición, como es habitual. A ver si de una vez hacen un equipo a su medida.

Por más vueltas que le doy, no comprendo que Ontiveros jugara con el filial. ¿Que el segundo equipo debe militar en una categoría superior? Seguro, de perlas, obligado. Pero de ahí a contar con el joven valor marbellí para potenciar al Atlético Malagueño, no, ni mucho menos. Cuando un futbolista pasa y debuta con el primer equipo, ha dado el salto. Más como en el caso de este extremo que en cuanto le han dado dos partidos seguidos, ha marcado límites. A veces con los saltos se producen las duras caídas. Vamos a ver: en la tarde noche del domingo se vivió en Martiricos una inolvidable jornada. El ambiente, por las nubes, como la reventa. Partido ideal para premiar a un chico como Ontiveros, que entre otras cosas ha sido invitado a entrenar con la selección sub-21. Para la motivación, la ilusión y para la confianza, una jornada ideal. Asimismo para valorar el auténtico listón de este valioso futbolista ante uno de los grandes del fútbol mundial. Más, si Ontiveros suena hoy y tiene mercado, para qué decir si ante el Real hubiera ofrecido una de sus genialidades. Nada de eso se pudo producir. Le obligaron a bajar al campo de la Federación, en una calurosa mañana para un ascenso que se dilucidará en una semana. Desconozco cómo le habrá sentado al chico tanta delicadeza. Para mí, y no me van a convencer de lo contrario, ha sido un golpe bajo. Lo siento.

Hace una semana nos referíamos a las medidas de las porterías, a los 7,32 y 2,44 que presiden las reglas de la International Football Association, la número uno e inamovible. La Rosaleda, a finales de los ochenta, fue escenario de una curiosa anécdota. El trío arbitral de la jornada, -que actualmente llega a los estadios con más de una hora de antelación- antes de cambiar el traje de calle por el uniforme, suele visitar el césped y ver su estado. Aquí, en aquella ocasión, el colegiado observó algo raro en la portería de Fondo. Resultó, además, que en la de enfrente notó la misma anomalía. Solicitó un metro y se cumplieron sus previsiones: en altura no daban los 2,44. Le faltaban más de ocho centímetros. Hubo que solicitar operarios y buscar utensilios a toda prisa, con el público accediendo a las localidades. A todo gas se rebajó la altura del portal, que había empequeñecido por el especial cuidado que se le dedica a la zona de portería, por sucesivas resiembras y por la tierra que la recubre. Se solventó la anomalía y el partido, de Segunda, se pudo celebrar con las medidas reglamentarias, si bien las dos porterías, muy peladas y con tierra húmeda ofrecían un aspecto raro. El club fue sancionado. Con razón el Málaga marcaba pocos goles, se justificaba alguno. No sé si el público se divirtió. Lo que es real es que el partido terminó 9-6 y la mayor parte del tiempo se dedicó a los saques del centro. Ensayo, pues, fallido y ahí siguen los 7,32 por 2,44. La próxima semana comentaré cómo se jugaron partidos en La Rosaleda sin las medidas reglamentarias.

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