Malaga CF

¡Que juegue el mejor!

Roberto, en una estirada durante su etapa en el Olympiacos.
Roberto, en una estirada durante su etapa en el Olympiacos. / AFP
  • Pese a que Roberto llega recomendado por Míchel, el técnico ya demostró en el Sevilla que la titularidad sólo se gana a base de trabajo y rendimiento

  • El madrileño conocía a la perfección a Diego López, cuyo fichaje había avalado, pero luego utilizó más a Palop en el conjunto hispalense

La llegada de Roberto se da por segura internamente en el Málaga. Era el guardameta cuyo nombre puso encima de la mesa Míchel desde el primer momento (SUR ya lo adelantó el 18 de abril) y vendrá para competir con Kameni. El entrenador blanquiazul insistió desde el primero momento en la necesidad de contar con dos cancerberos de primer nivel y el objetivo parece cumplido. Pero el hecho de que conozca a la perfección al madrileño, al que tuvo a sus órdenes en el Olympiacos, no le garantiza partir con ventaja. En el Sevilla, por ejemplo, el técnico prefirió a Palop antes que a Diego López pese a que este lo conocía a la perfección. De ahí que el mensaje para Kameni y Roberto no variará. ¡Que juegue el mejor!

Míchel quiere la portería bien cubierta. Hace un año el Málaga ya tuvo que acometer negociaciones para contar con un competidor de Kameni. Pero no porque el entrenador fichado, Juande Ramos, no confiara en Ochoa (en realidad sucedía al contrario). La llegada de otro extracomunitario, el delantero Santos, hizo que el club superara el cupo establecido de tres foráneos y el perjudicado fue el guardameta mexicano dado que Rosales y Weligton eran indiscutibles.

'Error de cálculo'

El ‘error de cálculo’ con el traspaso de Camacho (que no se produjo en junio o julio) dejó al club sin margen de maniobra en agosto para incorporar a otro portero y también a un delantero centro rematador. A última hora llegó Boyko, al que Juande ya había dirigido en el Dnipro, porque se convirtió en la única opción desde el punto de vista económico. Sentenciado por la grada tras el partido de Copa del Rey en casa frente al Córdoba –en realidad le tocaba a Kameni, pero alegó estar enfermo–, el internacional ucraniano no tuvo opciones y Míchel optó por mantener al camerunés bajo los palos.

Durante su periodo en el Málaga, Míchel no ha tenido queja del trabajo de Kameni. Es cierto que los problemas del camerunés en el golpeo con los pies fueron muy acusados conforme avanzó la temporada, pero el cuerpo técnico optó por buscar alternativas en el juego para que el portero titular no tuviera que exponerse tanto en este aspecto. En este sentido se le buscaron más opciones de pase en la salida de la pelota e incluso se le insistió en que utilizara el saque con las manos siempre que la situación lo permitiera.

Boyko no tenía opciones de continuar (como él mismo ya tenía asumido), así que muy pronto empezó la búsqueda de un portero de nivel y con experiencia en la Liga. La opción que más le gustaba de salida al técnico malaguista era Roberto, al que ya tuvo en el Olympiacos y al que recomendó en varias ocasiones a su amigo Vicente del Bosque (entonces seleccionador nacional) por su extraordinario papel en el conjunto heleno. El cancerbero madrileño brilló en la temporada 2012-2013 (cuando el equipo dirigido por Míchel logró la Copa y la Liga, esta a cinco jornadas del final) y en la 2013-2014 (con otra Liga y el paso por la Champions, en la que llegó hasta octavos de final).

Como explicaba este periódico en su primera información sobre Roberto hace más de mes y medio, el guardameta madrileño llegó al Espanyol como teórico portero titular, aunque su rol cambió después de la incorporación de Diego López, cedido por el Milan, tras la marcha del joven Pau López al Tottenham. Relegado a un papel secundario, estaba cantado que pretendía dejar el club catalán. Y nada mejor que volver a coincidir con Míchel.

Igualdad de condiciones

Desde luego, la llegada de Roberto (pactada con el jugador y ya también con su club)no ha debido de suponer una sorpresa para Kameni. Míchel ya conversó con él semanas antes de la conclusión de la Liga para exponerle su intención de incorporar a un guardameta de nivel competitivo y también le recalcó que ninguno de los dos partiría con ventaja. Yasí será con el camerunés, pese a su condición de titular en las últimas campañas, y con el madrileño, pese a ser un futbolista bien conocido por el propio entrenador.

En este aspecto Míchel no es en absoluto dudoso. Ahí está el precedente de la situación que se vivió en el Sevilla a las órdenes del entrenador madrileño. El club hispalense se reforzó en la temporada 2012-2013 precisamente con Diego López, al que Míchel conocía a la perfección debido a su presencia entre 2000 y 2007 en las categorías inferiores o en el primer equipo del Real Madrid (aunque estuvo un año cedido en el Alcorcón). No obstante, el titular la mayoría de las veces fue Palop.

Si bien Diego López arrancó como titular, en la segunda jornada fue expulsado en Granada en el minuto 33 (en una acción de penalti) y ya perdió el puesto en beneficio de Palop. Míchel se mostró así justo en una decisión que resultaba muy complicada, porque ambos habían estado a un nivel altísimo durante la pretemporada. El valenciano se mantuvo indiscutible bajo los palos hasta la decimotercera jornada, cuando el hoy técnico malaguista decidió depositar de nuevo su confianza en Diego López. Así sucedió en los seis encuentros siguientes, hasta que en la vigésima jornada (que sería la última de Míchel antes de su destitución) otra vez recuperó a Palop.

Esta es una clara muestra de que Míchel no tendrá preferencias en el portero de la próxima temporada. Es cierto que la llegada de Roberto ha sido recomendada por él (en el Olympiacos se incorporó apenas 48 horas después de que lo hiciera el técnico malaguista), pero la consigna está clara. ¡Que juegue el mejor! Sólo el trabajo y el rendimiento darán la titularidad.

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