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Es urgente una remodelación a fondo

Las cosas de Cañete ·

Después de ver todos los descensos del Málaga a Segunda División, este club se merece más: dignidad

paco cañete

Miércoles, 10 de enero 2018, 00:46

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Si de la noche a la mañana desaparecieran de La Rosaleda los responsables – dirigentes, técnico, jugadores y hasta los que felizmente cuidan el campo–, ¿qué sucedería? Por aplicación del reglamento, lo quitarían de enmedio. No se crearían más falsas expectativas ni se desmoronarían tantos millones de euros. Se mentiría menos. Desgraciadamente el Málaga ya desapareció una vez. Lo que comento es una irrealidad, que más o menos disfrazada vivimos cada semana ‘con todo en orden’. ¿Hacia dónde llevan al Málaga? Un presidente y propietario ‘out’, que no está ni sirve.

Una plantilla de segunda fila que pretende jugar en Primera. Un club especialista en ‘desfichadores’. Una hermosa sede pagada con dinero público. Una sección de técnicos –aunque los hay buenos– para la teoría. Un fútbol base de lujo, cuando para pagar nóminas hay que vender, a pesar de la millonada que entra. Un entrenador que no se va… He visto los descensos del Málaga a Segunda. Todos, menos uno, permitían afrontar el siguiente partido con cierta ilusión. Resumen: urge una remodelación a fondo. Pregunta ingenua: ¿Quién la puede realizar? El Málaga se merece más. Dignidad por lo menos.

La gestión económica de determinados clubes españoles me recuerda a veces el ‘cuento de la lechera’, en el que la fantasía y los sueños superan cotas que la propia realidad hace pedazos. Este exordio viene a cuento con los ingresos por derechos de televisión. Según datos oficiales, el Málaga fue octavo –entre veinte – en la temporada pasada. Se embolsó por este apartado 55,6 millones de euros. Por delante sólo tuvo a Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Athletic, Valencia, Sevilla y Villarreal.

Por debajo, doce de los que pelearon en la campaña 16-17 en Primera. Aparte de otros ingresos: abonados, ‘marketing’… ¡Y traspasos!. Todos estos capítulos sumaron lo suyo. A pesar de estos alicientes, la Liga le adjudica hoy el puesto undécimo en cuanto a su tope salarial. ¡Toma del frasco!... Los tres clubes que realmente menos ingresaron de la pequeña pantalla, Eibar, con 13,9 y Alavés y Leganés con 16,3 millones menos respectivamente. Miren, observen y comparen la clasificación actual del trío y nuestro Málaga. Por abonados, capacidad de los campos, ingresos por distintos medios y traspasos, ni comparación. Una sola pregunta: ¿Qué pasa? ¿Qué sucede en el Málaga?. ¿Se puede hacer peor? Saquen conclusiones y responsabilidades. Que continuen voceando que el Málaga va mejor cada año económicamente. ¿Para quién?...

El fútbol, en su base fundamental y reglamentaria, ha sufrido pocos cambios en las últimas decenas de años. En el apartado de técnicas, tácticas y sistemas, los relevos se han sucedido. Con once jugadores por bando, la predisposición sobre el terreno ha sufrido repetidas innovaciones. ¿Ha ganado en efectividad?: Enormemente. No se puede decir lo mismo en relación con la espectacularidad. Mediado el siglo pasado, en los cincuenta, un once estaba desplegado por un portero, situado debajo de los tres palos, que solía tener trabajo a destajo. Por delante, tres defensas, dos laterales y un central, a marcar y defender exclusivamente. Dos medios volantes que eran el motor de unión entre la cobertura y la vanguardia, y arriba cinco delanteros, cinco. Dos extremos, rápidos y pegados a las bandas, diestro y zurdo. Dos interiores, que eran poco menos que un par de arietes, y el número nueve, el delantero centro, la estrella a determinar, a definir, a apuntillar.

Respecto al material que se usaba, bueno, por decir algo. El Málaga vestía camisolines con su botonadura y todo. Y las botas, un lastre por su inflexibilidad, peso y según, con tacos o sprais, según donde se jugaba, sobre hierba o tierra. La ‘WM’ fue un sistema que marcó un gran avance. Los modestos se dedicaban a los cerrojazos. Marcajes férreos duros en los que se empleaban mucha fuerza. De lo contrario, goleada. Argentina marcó algunas pautas en el juego y en el calzado. Sus botas tenían fama de goma espuma. Y Brasil presionó hasta que ‘inventó’ el 4-2-4. Y el aficionado, ¿qué?: Fiel, exigente y muy implicado. Los fichajes, eran de otra forma y estilo. Llegaban jugadores a prueba durante un periodo de tiempo, tema que tocaremos detenidamente en otra ocasión.

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