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Jueves, 21 de febrero 2019, 13:03
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Las declaraciones del jeque Abdullah Al-Thani abrieron ayer el juicio por el 'caso BlueBay', en el que se dilucida quién tendrá el control del club a partir de ahora y cómo se distribuyen las acciones de la entidad. El jeque, acompañado por un intérprete de árabe, respondió a las preguntas del abogado de los demandantes, Carlos Aranguren, y las de su defensa, Rosa López, durante una hora y cuarto. La tónica general de sus palabras se centraron en negar casi todo. Dos de sus frases más repetidas fueron estas: «No sé nada de esto; nunca me dijeron nada».
El abogado de los demandantes comenzó a plantearle preguntas al jeque con el objetivo de demostrar las dificultades económicas de la entidad en 2012 y la decisión final de pedirle ayuda a BlueBay. Pero Al-Thani insistió en que no conocía nada de lo que se hizo en ese momento y que tampoco sabía que Gonzalo Hervás, vicepresidente de la hotelera, y su equipo entraran en el club para trabajar en la gestión, junto al resto de empleados y ejecutivos. Manifestó, de esta forma, que desconocía la existencia de NAS Spain, que fue la propietaria de las acciones durante un tiempo, o los movimientos del capital del club en el Consejo Superior de Deportes que desembocaron en que ahora sea NAS Football la empresa dueña de la entidad (es propiedad del jeque).
«Este documento jamás lo he visto y no lo he firmado yo». Este comentario, con distintas variantes, también la utilizó algunas veces Al-Thani cuando se le presentaban determinados contratos o escritos por parte de los demandantes, sobre todo el relativo a la compra de las acciones. Asimismo, tampoco conocía las dificultades económicas por las que atravesó el club en 2012 ni las negociaciones y aplazamientos de los pagos con Hacienda. «Jamás me han notificado nada», indicó, a la vez que añadió que nunca autorizó ninguna operación (en este caso, la asociación con la hotelera para controlar el club) y que Shatat tenía poderes sólo para administrar el club.
Negó que el valor del club fuera casi inexistente en las fechas del acuerdo con BlueBay. «En el año 2012 ya había aportado 150 millones», dijo, a la vez que repitió que no estaba al tanto de los movimientos que se producían, aunque subrayó que sí se interesaba. «Siempre pedía información, pero nunca me comentaban nada. Me decían que las cosas iban bien», explicó con ciertas dificultades como consecuencia de la traducción.
El desconocimiento del jeque sobre casi todo contrastó con las declaraciones de Moayad Shatat, su hombre de confianza en ese momento. Admitió el acuerdo y la colaboración del Málaga con Bluebay de una forma oficial:«Trabajábamos juntos. Nosotros le dábamos la bienvenida a quien quería ayudarnos. El equipo de Satli Iglesias y Gonzalo Hervás entraron para ayudar».
El esperado juicio se desarrolló en la mañana de ayer durante más de cuatro horas y media y quedó definitivamente visto para sentencia en el juzgado de primera instancia número 12 de la Ciudad de la Justicia. Además del jeque, tomaron parte en esta vista como testigos Shatat, hombre de confianza de Al-Thani; Hervás, vicepresidente de BlueBay, y los abogados Raúl de Francisco Garrido y Luis Sánchez (ambos asesoraron en su momento al club). Al final no se dieron cita en la sala el ex director general Vicente Casado o el actual asesor jurídico del club Joaquín Jofre (estaba allí a la espera de ser requerido). En la sesión también estuvo presente en todo momento el propietario de BlueBay y demandante, Jamal Satli.
Una vez escuchados todos los testigos y tras leer poco antes las preguntas preparadas para el ausente Abdullah Ghubn, llegaron las conclusiones de los abogados. Por parte de la hotelera, Carlos Aranguren analizó la situación en profundidad, explicando todos los movimientos y acuerdos. «Debe reconocerse la plena propiedad de las acciones a NAS Spain 2000», que sería darle la razón a BlueBay. Asimismo, denunció en su balance final la «deslealtad» de sus compañeras de la otra parte por las querellas planteadas «con el objetivo de retrasar el proceso» y también la negativa de los demandados a facilitar determinados documentos.
Por parte del club y el jeque, Rosa López destacó que había quedado acreditado con las declaraciones del jeque y las pruebas presentadas que el propietario del Málaga desconocía todos estos movimientos, por lo que solicitó la «íntegra desestimación de la demanda» después de enumerar las razones por las que cree que el juez del caso, Ramón Jiménez León, debe rechazar la denuncia de BlueBay. La letrada del club consideró, asimismo, que las condiciones del acuerdo con la hotelera no se cumplió, por lo que entiende que debe declararse nulo el contrato.
Las otras dos abogadas de los demandados, de las empresas del jeque, también concluyeron con la petición de la desestimación de la demanda al considerar que había quedado claro que NAS Spain 2000 no puede ser considerada la propietaria del club. Y recordaron la existencia de jurisprudencia en esa línea.
Ahora habrá que esperar la sentencia. Se desconoce cuánto tardará. Este litigio comenzó con la demanda de BlueBay en 2015. La primera decisión del juez fue aceptar las medidas cautelares solicitadas, lo que derivó en que el club no pueda ser vendido por ahora. Luego llegó, en febrero de 2016, la audiencia previa, en la que los abogados del jeque anunciaron la presentación de tres querellas, contra Ghubn, Shatat y Satli. Fueron desestimadas, pero retrasaron el juicio civil más de dos años. Pero el pasado diciembre se suspendería de nuevo la vista debido a que no estaba precisamente Ghubn. Este problema fue solucionado para ayer al declarar en rebeldía al que fuera hombre de confianza del jeque. De esta forma, tres años después de la mencionada audiencia previa se celebró el juicio ayer.
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