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La andadura del Málaga, pese a descender de forma 'incomprensible' y desafortunada en Segunda, está siendo excelente, sobresaliente, lo que centra toda la atención en el apartado deportivo, que es lo que más le interesa a los aficionados. Ahora, el jeque Al-Thani, el propietario del club, apenas entra en el foco de los comentarios, ya que sus intervenciones, siempre a través de las redes sociales, se reducen a asuntos de menor nivel, salvo cuando atacó a LaLiga el día que Frente Bokerón y Malaka Hinchas no pudieron acceder al estadio con sus distintivos. Aunque en este caso tampoco acertó plenamente, ya que son las fuerzas de seguridad las que toman esta decisión en base a la consideración que tienen de ambos grupos por las denuncias o precedentes, según aseguran desde el club.

Algunos de los hijos del jeque sí están en Málaga (van y vienen), aunque todo hace indicar que es Hamyan Al-Thani quien más está interviniendo en el día a día de la entidad. De esta manera, tras la llegada de Caminero y Muñiz y los buenos resultados del conjunto blanquiazul, el propietario ha pasado a un segundo plano. Y la plantilla malaguista, con el técnico asturiano al mando, lleva un camino paralelo, con una única preocupación: trabajar al máximo para conseguir el objetivo al final de temporada.

Mientras tanto, la empresa mantiene sus movimientos internos, como se pudo observar en los últimos despidos, entre los que estaba el director financiero, Roberto Cano, el empleado responsables de las cuentas del club, el que debía opinar sobre compras, gastos extraordinarios... Pero la gran trayectoria del equipo deja estos asuntos, que también son trascendentes, en una zona sin gran trascendencia.

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