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Keidi controla ante Touré. V.M.
¿Hubo que ir muy lejos para fichar a Seleznov?

¿Hubo que ir muy lejos para fichar a Seleznov?

Las cosas de Cañete ·

Digan lo que digan, Ontiveros es un jugador importante. Sus ausencias se dejan notar. Otros, en cambio, no le dan un palo a un charco 

paco cañete

Málaga

Martes, 5 de marzo 2019, 00:16

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Durante las tres últimas semanas 'mis cosas' no han ocupado el espacio habitual en estas páginas de Deportes. Una infección me apartó de mi todavía quehacer habitual. Durante ese espacio de tiempo, el Málaga, más bien que mal, sigue ocupando plazas que ilusionan de cara al final de temporada. ¿Que se han podido mejorar los marcadores? Tan cierto como las opiniones que se dividen o los resultados que se han producido en encuentros de los otros conjuntos que luchan por subir de categoría. En esta Segunda División la irregularidad, en líneas generales, es la marca por falta de calidad. Y los partidos que se disputan en La Rosaleda no son una excepción. No faltan 'tirones de oreja'. En fin, que de una Liga que parecía disparatadamente larga, con hasta 42 partidos, ya sólo quedan catorce. A cara de perro. Los errores, con idéntico peso específico, se pagan más caros.

El pasado sábado tocó visita a Córdoba, uno de los colistas. Allá que supongo que el Málaga acudió con el mejor equipo, que desconozco si lo tiene con tantos fichajes como cambios en la alineación. Pero, eso sí, se desplazó con su principal activo por delante: más de mil seguidores se plantaron en lo que ahora es el Nuevo Arcángel. Después se demostró lo que tantas veces se ha visto en la competición: este Málaga no sabe meter al público. Sucedió hace dos fines de semana ante el 'Depor' y se repitió en esta ocasión en la vecina capital. Al final, ante un conjunto de lo más endeble, un puntito en el penúltimo segundo. El gol de N'Diaye, en el minuto 90+3, disimuló lo que era una vergonzante derrota, a la que se habían hecho hasta los más optimistas. Prueba de la desafortunada actuación de los blanquiazules. Al equipo, otra vez, le faltaron juego, alegría, confianza, profundidad y atrevimiento. De nada vale tanta sopa de números para pergeñar un sistema si no cuentas con elementos adecuados para cada zona. Con el 4-1-4-1, o el 4-4-2, o el 4-3-3, o vaya usted a saber, si los que ponen en práctica sólo se preocupan de la horizontalidad, en cesiones que arrancan en el área contraria y terminan en los pies del guardameta Munir, ya me dirán. Demasiados toques de cangrejo.

Cuando no hay niño ni gato ni perro en el vestuario malaguista, las culpas de lo mal hecho se cargan a Ontiveros. Como suena. En los últimos días he conocido que el de Marbella, que sólo jugó un puñado de minutos, fue descalificado por la negativa actuación ante el Almería. Tanta mala leche hastía. Yo no puedo decir, porque no le conozco, que Ontiveros sea un tipo raro, difícil, que necesite sesiones especiales de psicología. Lo que sí afirmo en voz alta es que tiene fútbol en sus botas. Mucho. En lo que va de campaña le he visto realizar jugadas que sólo pueden hacer los predestinados. También he apreciado que suele jugar hacia atrás.

El sábado salió el extremo marbellí y con juego de ataque el Málaga conducido por él fue otro. Y como el movimiento se demuestra andando, no merece la pena preguntar más por la situación del chico. Otra: con un sistema u otro, hay elementos en el equipo titular que no le han dado un palo a un charco, caso de Keidi, que corre, corre y corre. ¿Para qué? ¿En positivo?... Piensen. Otra: Blanco, con el favor de los medios. ¡Que si juega bien de espaldas! Cuando lo suyo e importante es hacerlo de cara al portal contrario... Hoy, ni cara, ni espaldas o costados, por ahí está, fijo, con lo que lleva fallado en los últimos partidos. También me pregunto: ¿hubo que ir muy lejos para fichar a Seleznov? ¿Cómo puede responder Iván Alejo sin exponer? Erik Morán entró en el minuto 9 relevando al lesionado Adrián y en el 46 lo dejaron en el vestuario. Los fichajes de invierno tienen 'loca' a la afición. De cualquier manera, nuestro jugador número 12 está ahí. Fuerte, constante, inasequible. No se cansa de defender a su Málaga. Esto sí que es amor propio. Echarle cariño y amor, aparte de aguantar partidos como los últimos presenciados.

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