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El centrocampista uruguayo del Málaga Gonzalo 'Chory' Castro (c) celebra con sus compañeros su gol marcado ante la Real Sociedad.

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El centrocampista uruguayo del Málaga Gonzalo 'Chory' Castro (c) celebra con sus compañeros su gol marcado ante la Real Sociedad. EFE

El Málaga, más vivo que nunca tras asaltar Anoeta (0-2)

Se engancha a la Liga al romper su sequía fuera con un triunfo tan merecido y contundente como necesario por los resultados de los rivales

Sergio Cortés

Enviado Especial

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Domingo, 10 de diciembre 2017

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El Málaga esta más vivo que nunca. Anoeta volvió a ser talismán y, como en 2011, el equipo resurgió cuando más lo necesitaba con un triunfo tan contundente en el marcador y en el juego como necesario por los resultados de sus rivales. La solidez (que permite encadenar dos partidos seguidos imbatido) y la presión arriba (el origen de los dos goles) dejaron sin ideas a la Real, que apenas puso en aprietos a Roberto. De nuevo el horizonte se despeja.

La entrada de Borja Bastón en la plaza del lesionado Rolan fue la única novedad en un once malaguista que ya casi se recita de memoria. Definitivamente, a falta de que llegue un medio de contención, la pareja Recio-Adrián se ha consolidado en el corazón del equipo y ese equilibrio que ambos aportan se ha convertido en una garantía a la hora de resguardar a los centrales.

El crecimiento del Málaga en el plano defensivo quedó patente en la primera parte en Anoeta. Es cierto que en otras salidas (a Sevilla o Villarreal) el equipo rindió de forma satisfactoria hasta el descanso en cuanto a contención, pero esta vez maniató a la Real hasta el punto de que Roberto apenas tuvo trabajo. Las mejores opciones del cuadro donostiarra llegaron en sendos córners, primero por un despiste generalizado en el saque y después, en el cierre de este periodo, en un cabezazo de Llorente que se marchó fuera. Además, Diego González sufrió en el costado izquierdo con las apariciones de Odriozola, al que Chory le costaba seguir.

Y eso que el Málaga tardó en sacudirse el control del rival, básicamente porque la presión arriba fue estéril en el primer cuarto de hora, cuando los centrales locales siempre encontraban el apoyo de Illarramendi en la salida de la pelota. Pero en el momento en que el equipo supo neutralizar esa virtud de los locales, todo fue coser y cantar. Los nervios afloraron en la cobertura realista y como consecuencia la distancia entre las líneas facilitó la tarea a los pupilos de Míchel.

El Málaga logró ponerse con ventaja en el ecuador del primer periodo gracias a la inseguridad de Íñigo Martínez, incapaz de zafarse de la presión de Keko, lo que generó un penalti de Rulli a Borja Bastón que el ariete malaguista, hasta ese instante muy desacertado en las acciones ofensivas, no falló. Supo a poco el 0-1 al descanso y bien que lo expresó Míchel con aspavientos después de tres acciones inmejorables para despegarse en el marcador. Como casi siempre, faltó la elección adecuada en el momento clave.

Real Sociedad

Rulli; Odriozola, Llorente, Iñigo Martínez, De la Bella; Illarramendi, Zurutuza (Zubeldia, min. 46), Xabi Prieto; Januzaj (Juanmi, min. 64), Oyarzabal y Willian José (Bautista, min. 73).

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Málaga

Roberto; Rosales, Luis Hernández, Baysse, Diego González; Keko (Ontiveros, min. 77), Recio, Adrián, Chory Castro; Peñaranda (En-Nesyri, min. 53), Borja Bastón (Mula, min. 85).

  • árbitro. Del Cerro Grande (Comité Madrileño). Amonestaciones a Zurutuza, Chory Castro.

  • goles. 0-1, min. 23: Borja Bastón, de penalti. 0-2, min. 58: Chory Castro.

  • incidencias. Partido correspondiente a la decimoquinta jornada de la Liga Santander disputado ante 18.000 espectadores en el estadio de Anoeta. Se rindió un homenaje durante el partido al aficionado de la Real Sociedad Aitor Zabaleta, asesinado en 1998, al que se recordó al cumplirse el 19 aniversario de su muerte.

Eusebio movió ficha en el descanso y apuntaló el centro del campo con Zubeldia por el mermado Zurutuza, pero le faltó valentía para prscindir de Íñigo Martínez, un chollo para el Málaga por su incapacidad para sacar la pelota. Precisamente otro error garrafal originó el 0-2. Más presión arriba, una falta lateral y mano de Willian. Para entonces, En-Nesyri había sustituido al lesionado Peñaranda. Borja Bastón repitió lanzamiento y esta vez falló, pero Chory anduvo listo y empujó la pelota a la red.

Motivado por la necesidad de asegurar el triunfo -más, si cabe, tras los resultados de sus rivales directos-, el Málaga siguió en su línea de trabajo. La Real lo empujó y trató de arrinconarlo, pero el equipo mantuvo su idea de juego. No rifó la pelota y evitó pérdidas absurdas, juntó las líneas pero sin dar un paso atrás, y obligó al contrario a jugar por fuera para que los centros fueran previsibles.

La entrada de Juanmi pareció reactivar a la Real gracias a los desmarques del coineño, pero pronto el Málaga interpretó bien sus movimientos. La solidez del centrio del campo, con un espléndido trabajo de Keko y Chory Castro, se sumó a la contundencia de los centrales para no dejar resquicios. Roberto apenas tuvo que intervenir hasta que se lució en una magistral intervención a zurdazo de volea de De la Bella. El partido comenzó a morir mientras el Málaga demostraba estar más vivo que nunca. Ojalá sea el ansiado punto de inflexión. Como en 2011.

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