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Lunes, 7 de enero 2019, 00:20
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Oro, incienso y mirra para el Reus y carbón, toneladas de negro producto natural, para el Málaga. El fútbol proporcionó una tremenda cura de humildad para el Málaga, en la sorpresa de la temporada en Segunda. La Rosaleda asistió a un mundo al revés. Los jugadores del cuadro catalán acabaron el partido reunidos en el círculo central del campo aplaudiendo el apoyo de la grada, que supo reconocer tanto antes como al final del partido el mérito de un grupo de profesionales que están dando la talla en la categoría con atrasos o ausencia de cobros, o incluso con la espada de Damocles de la retirada de la competición a corto plazo.
El Málaga más pobre y fallón de la temporada se llevó un topetazo de aúpa ante un rival mucho más inteligente en lo táctico en todas las facetas del juego. Serio en defensa y con sensación de peligro cada vez que atacó, justo al contrario que su rival, pero lo de anoche fue una clara muestra de inversión de papeles.
Sólo se pueden aportar matices en la desesperación de la grada local, ya desde el 0-1 en el choque. Antes del partido, cuya celebración no estuvo clara ni treinta horas antes de la franja programada, se dio el partido por ganado de antemano al Málaga, ante un Reus con doce profesionales (seguramente serán diez tras la salida de Olmo y Querol lunes, ya que pueden desvincularse libremente) y que volvió al trabajo tras las vacaciones algo más tarde de lo previsto. Es evidente que el rival no afrontó con la concentración deseada el choque, entre cierta división de intereses y el afán de poner fin a una pesadilla, pero era ingenuo infravalorar el nivel deportivo de un equipo que formó con once profesionales, cada uno en sus demarcaciones naturales, y que hace poco había ganado también en Alcorcón (0-1).
Fue un partido repleto de ironías, como los «olés» que precedieron al 0-3. Como el debut del granadino Hugo, en una noche de recuerdo agridulce para él, convertido ya en uno de los referentes del filial, la presencia imbatido de Pol Freixanet en la portería, quien no pudo nunca estrenarse oficialmente con el Málaga; la participación de Alfred Planas, ex del Malagueño, o el partidazo del también visitante Querol, extremo al comienzo, delantero después, y que forzó un penalti y marcó un gol en la que parece que será su despedida del Reus.
El empate en el Granada-Albacete (1-1 el viernes), la derrota del Cádiz (2-1 en Pamplona) y el tropiezo en casa del Deportivo (0-0) ante el Lugo pintaban a favor del Málaga, que podía haberse situado segundo e igualado con el líder de haber ganado. No fue así y acaba la jornada cuarto, empatado con el tercero, el Deportivo, a 36 puntos, y a tres de la cabeza.
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