Malaga CF
Portillo, con el balón en el entrenamiento matinal en el Ciudad de Málaga.
Portillo, con el balón en el entrenamiento matinal en el Ciudad de Málaga. / Álvaro Cabrera

Expediente Portillo

  • El canterano, inédito en la pretemporada y al que el club busca salida, vive su momento más difícil

A día de hoy puede que ni el propio Francisco Portillo tenga claro lo que sucederá con su futuro. El futbolista paleño vive sus días más complicados en el primer equipo malaguista. Ya no se trata de que no disfrute de minutos, sino algo peor: la entidad trata de forzar su salida en forma de traspaso para dar mayor equilibrio financiero a su proyecto deportivo. A solo dos semanas del cierre del mercado, los próximos días determinarán el desenlace que se le dará al expediente, enmedio de un secretismo extremo por parte de la entidad.

Portillo no ha jugado ninguno de los seis amistosos de pretemporada. Ni siquiera fue a alguna de las dos giras (la de Australia y la de Alemania y Suiza), aunque se entrena con normalidad con sus compañeros en el día a día; es decir, que no está apartado. En los días finales de julio recibió una propuesta del Elche en torno a 1,5 millones de euros para el traspaso, y cuando la operación estaba encaminada, con acuerdo total entre los clubes, parece ser que al jugador no le terminaron de convencer las condiciones económicas de su nuevo contrato.

El caso es que fue entonces cuando pareció comenzar su calvario. Gracia no le incluyó en la lista para viajar a Adelaida, pero luego tampoco entre los expedicionarios a Alemania, ni entró en la convocatoria del Trofeo Costa del Sol. Inédito en la pretemporada, aunque haya podido ejercitarse, tiene el lastre de la falta de ritmo competitivo, lo que difícilmente le concede opciones de estar entre los dieciocho elegidos para la primera jornada de Liga.

Gracia, en total acuerdo con el club, considera que el jugador no resulta imprescindible para sus planes de juego. En su esquema (4-2-3-1) no resulta tan fácil buscar acomodo para Portillo, que no es un extremo puro, tampoco un medio centro dotado de gran capacidad de trabajo, y todo lo más un medio punta, aunque ahí ya tiene a Duda y Luis Alberto como primeras opciones.

El resultado es que Portillo, en su quinto año en el primer equipo, atraviesa sus peores horas. El afamado representante Manuel García Quilón (el mismo que sacó a Gámez al Atlético de Madrid) le busca equipo, pero las expectativas del Málaga de hacer caja no casan del todo bien con las posibilidades del mercado español, en la que una mayoría de clubes no optan fácilmente por pagar un traspaso por un jugador, ello pese a la juventud y proyección del paleño.

Portillo ha disfrutado de muy diversas etapas de malaguista.Debutó en una visita al Bernabéu (24 de enero de 2010) en la última jornada de la primera vuelta de esa campaña, pero su asentamiento no llegó hasta el curso siguiente (el 2010-11), con 17 partidos. Con picos y depresiones en su situación en la plantilla, en la siguiente campaña le tocó participar muy poco (solo dos encuentros), porque Pellegrini disponía de un grupo de lujo, el que se clasificó al final de la Liga para la Champions.

El técnico chileno forzó su cesión en enero, pero no se produjo finalmente. Fue justo cuando menos se esperaba de él cuando llegó su mejor momento, en la campaña 2012-13. Entonces se sintió muy cómodo en un Málaga con un estilo de juego ideal para sus condiciones y sin la responsabilidad de ser uno de los líderes. Disputó 38 partidos entre Liga, Copa y Champions y marcó dos goles.

Picos y depresiones

Portillo maduraba, pero el curso anterior, a las órdenes de Schuster, se encontró casi como uno de los escasos supervivientes en el centro del campo. Las miras se centraron en él como timón del equipo, y no fue capaz de asumir ese rol. De más a menos, terminó siendo irrelevante en las jornadas decisivas, en las que no jugó. En total, fueron 27 partidos oficiales y tres goles.

Hay quien ha querido comparar la actual situación de Portillo con la que vivió Duda en la campaña 2005-06, pero hay matices importantes que la diferencian, más allá de que el malagueño parece actualmente apartado de la competición. Para empezar, el luso, que no quiso renovar ni aceptó una oferta de salida a la Real Sociedad, era el ‘jugador franquicia’ a las órdenes de Antonio Tapia; además, se le impidió competir en la Liga.

Sigue sin conocerse qué sucederá con Portillo. Parece ser que no es un elemento prioritario en los planes de Gracia, pero queda por determinar qué decisión adoptará el club si finalmente no encuentra una salida airosa en el mercado nacional o internacional al cierre. Entonces se verá si realmente su situación se asemeja a la que tuvo Duda.