Malaga CF

Amrabat: adiós al margen de sorpresa

Amrabat: adiós al margen de sorpresa
  • Los rivales ya lo conocen y no le dan opción siquiera a girarse pese a que él se mueve con más libertad

Suelen decir los entrenadores que al futbolista hay que verlo en su segundo año en la élite. «En el primero al jugador le sobra ilusión, rinde por encima de sus posibilidades, los rivales no lo conocen», argumentaba Joaquín Peiró a finales de 2000, cuando el Málaga había arrancado con titubeos su segunda temporada entre los ‘grandes’ con la actual denominación. «En el segundo el jugador da una medida más fiable, más real de su capacidad para competir a este nivel», añadía. Y es cuando aparecen las dosis de calidad, talento, recursos, madurez y ambición. Los mejores no fallan. En ese camino se encuentra en la actualidad el llamado a ser hombre más desequilibrante del conjunto blanquiazul, Amrabat. Sus primeras actuaciones han servido para refrender que el internacional marroquí ya no es una sorpresa o una revelación. Los rivales le cierran los caminos.

Fue el director deportivo, Mario Armando Husillos, el que alimentó el debate sobre la posición idónea para el punta de origen holandés. Él lo ve mejor por el centro, incluso como el hombre de referencia. Pero el entrenador, Javi Gracia, ha demostrado hasta ahora que no lo tiene claro. Da la impresión de que el navarro lo utilizará indistintamente por dentro o por fuera según las necesidades, el adversario o el desarrollo del partido. También, evidentemente, en función de que al lateral contrario haya que cortarle las alas y someterlo a una misión estrictamente defensiva.

En el primer encuentro Amrabat jugó más por dentro. Está visto que el entrenador, José Luis Mendilibar, lo tenía bien estudiado, porque rápidamente introdujo un cambio. Metió a un central ‘puro’ (Héctor Rodas)y refrescó el centro del campo al prescindir de uno de los dos elegidos en esa zona (Sissoko) y adelantar desde el eje de la cobertura a Camarasa, un ‘stopper’ para dar más hormigón a la medular. El malaguista sorprendió con un par de desmarques a la espalda de la zaga –uno de ellos, marcado erróneamente por el asistente de Preferencia como fuera de juego–, pero desde ese momento comenzó a diluirse. Sencillamente no encontró el camino hacia el área. Le cerraron todas las vías e incluso cuando trataba de meter el cuerpo (su gran virtud merced a la fortaleza física) se topaba con dos contrarios. La imagen que acompaña a esta información es suficientemente explícita, precisamente con Camarasa y Héctor Rodas.

Llegadas

El pasado sábado, en Cornellá, Amrabat tampoco fue titular. Gracia se inclinó por Juanmi para la banda izquierda, pero a la vuelta del descanso prefirió situar como ‘nueve’ al coineño. Paradójicamente, y aunque no es una cuestión achacable al internacional marroquí, las llegadas al área españolista se redujeron en la reanudación en un tercio, de nueve a seis. La gran figura del Málaga varió su posición y llegó a ocupar las cuatro plazas de ataque (incluso, como referencia arriba para fijar a los centrales mientras Juanmi ayudaba en el repliegue), pero no brilló. Tuvo tantas dificultades que hasta en una acción el obstáculo fue el árbitro, Iglesias Villanueva, al que le rebotó la pelota.

Amrabat se movió con más libertad, pero el Espanyol lo ató muy en corto. En estos dos partidos disputados en su segunda etapa como malaguista sí se observa que los contrarios no le dan opción siquiera a girarse, como hizo el Oporto con Isco en el partido de ida de octavos de final de la Champions. De este modo, al internacional marroquí le cuesta más arrancar y sacar partido de su potencia y su corpulencia para llevarse por delante a su par. De momento el factor desequilibrante del Málaga ha desaparecido –su tono físico no ha variado respecto a la pasada temporada– y también el margen de sorpresa que suponía la presencia del jugador holandés. En cualquier caso, esta situación también puede suponer beneficio para otros compañeros, menos vigilados.