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UN PARTIDO RARO, RARO, RARO...

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Domingo, 18 de noviembre 2018, 10:27

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Fue un partido raro, raro, raro... Por todo. El Málaga jugó muy poco y, pese a la escasa entidad del rival, no sentenció hasta el minuto 93. El Gimnástic tuvo tan poca actitud que es la primera vez que uno recuerda ver al portero perder tiempo en los saques de meta con 1-0 en contra. En la convocatoria Muñiz sólo contó con dos delanteros y después, cuando se lesionó Koné, recurrió a Haksabanovic, que hasta ahora no se había vestido ni en la Copa del Rey... Y para coronarlo, un pésimo arbitraje de Moreno Aragón, desganado, al trote y sin la más mínima idea de lo que es el juego. No sé, será que el Málaga se contagió del poco ritmo del contrario y de la tarde poco apacible.

Uno creció escuchando a La Rosaleda gritar «Tortillero, tortillero» a Esnaola. Aquellos cánticos obedecían a que el vasco dijo en una entrevista que cuando venía a Málaga tenía tan poco trabajo que sólo le faltaba traerse una tortilla. Ese recuerdo malaguista afloró ayer al ver el papel intrascendente de Kieszek, que sólo se vio comprometido en una cesión de Diego González al filo del descanso. Su camiseta naranja no debería pasar por la lavandería...

Muñiz introdujo un cambio llamativo en el centro de la zaga. Desde luego, Lombán (el recambio en Gijón del lesionado Luis Hernández) no estuvo afortunado en El Molinón. Pero Diego González, futbolista atípico porque no se sabe si es zurdo o diestro, se ha acostumbrado a jugar en la zona izquierda, como lateral o central. A la postre al gaditano se le vio emplear en demasía la izquierda cuando era el central diestro, lo que le llevó a transmitir cierta inseguridad. Pero el 'Nastic' hizo tampoco y le costó tanto superar a la pareja N'Diaye-Adrián que fue un partido plácido para la cobertura.

Al Málaga le faltó juego 'por dentro' y fue demasiado previsible. Renato no es Juanpi, obviamente, y Ontiveros no tiene ni por asomo el sentido colectivo de Dani Pacheco. Probablemente quede en la retina que el portugués dio el centro del gol (magnífico, por cierto) y que el marbellí protagonizó varios tiros a puerta. Pero en un balance entre la posesión y la creación de ocasiones es evidente que hubo un déficit claro de fútbol entre líneas. Y alguien debería explicarle a Ontiveros que será mejor futbolista cuando deje de jugar para él y de buscar el aplauso fácil con sus quiebros, amagos, túneles y 'elásticas'.

En el primer tercio de Liga, 29 puntos. Y sin embargo puede acabar la jornada incluso tercero. No va a haber respiro hasta el final. Pese al triunfo de ayer, al Málaga hay que exigirle mejor juego y más ocasiones. No todos van a ser el Nástic.

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