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EL RIDÍCULO NO, POR FAVOR

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Martes, 9 de enero 2018, 07:32

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Lo están consiguiendo. La Rosaleda se queda medio vacía, la desilusión se ha apoderado del malaguismo, y el equipo sigue perdiendo. Anoche le venció el Espanyol, con gol de otro ex del Málaga, pero también hubiera ganado el Fresnedilla C. F. El Málaga no juega a nada, es un equipo que deambula como un zombi por la Liga de las Estrellas para estrellarse definitivamente. Tocamos la gloria, pero ya vamos de cabeza de nuevo a los infiernos. Nos ilusionamos con noches como las de Milán o Dortmund, pero nos vamos a topar con la realidad del Lugo, el Gimnastic de Tarragona o el Numancia... La pésima gestión de un club a la deriva, sin orden ni concierto durante meses, con una planificación deportiva desastrosa, un entrenador que lo consintió todo, un director técnico (ya dimitido) que no dio una a derechas y una propiedad que sólo piensa en recaudar dinero, cuanto más mejor, lo han conseguido. El milagro no se produjo un año más y ahí estamos, perdidos, al borde del ridículo... Miren, señores, incluido Míchel, pueden ustedes seguir ahí, pueden decir lo que quieran, pero no nos hagan sentir vergüenza, no nos obliguen a no querer hablar de fútbol, o tan siquiera a ir a La Roslaeda... 12.000 valientes fueron a ver una nueva derrota en una noche de perros. Merecen un monumento. Ellos son los héroes. Míchel y su equipo les respondieron con una nueva derrota, pero... ¡por favor, no hagan el ridículo! 11 puntos tras 18 jornadas. No sé qué más necesita Míchel. Comprendo que quiera cumplir su contrato, pero en la vida hay otras cosas más. Esta nueva derrota tiene que haber sido definitiva para él y debe presentar su dimisión irrevocable. Las lágrimas de impotencia de algunos jugadores lo decían todo. El equipo está K. O., está bloqueado, está fuera de todo... Hace falta una mínima reacción, aunque sea sólo para no hacer el ridículo. No, por favor, no... el ridículo no. Dignidad, un mínimo de dignidad. Al señor Darder, lo de otros casos: aquí nacimos, aquí crecimos y de aquí nos fuimos para nada agradecidos. Pena de Málaga, maldito fútbol.

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