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Lunes, 9 de abril 2018, 08:18

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No es cuestión de filial o fobias, de simpatía o antipatía, de ser pro o anti. Igual que uno no es más malaguista por decir sí a todo, por mirar hacia otro lado o por conformarse con pensar que vendrán tiempos mejores. Desgraciadamente los que rondamos o superamos la cuarentena hemos vivido en nuestras carnes una desaparición y otras dos de las que escapamos de milagro (una con el proceso concursal y la otra cuando el actual presidente y su mano derecha Ghubn salieron huyendo en junio de 2012). Llevo advirtiendo desde hace dos años sobre la falta de ambición de la plantilla, sobre la débil estructura del club y sobre la incapacidad del presidente, y hoy, con el equipo al filo de bajar a Segunda, me duele decir que veo al Málaga más cerca de lo que fue la pasada temporada el Mallorca que de lo que fue el Levante. Probablemente algunos me tacharán de agorero, pero, créanme, el panorama es descorazonador. No es sólo que vaya a estar maniatado económicamente para planificar la plantilla. Sencillamente para competir en Segunda y no estancarse en ella se requieren organización, ideas claras y toma de decisiones. Quien confíe a estas alturas en que Al-Thani y sus hijos están capacitados para ello es que aún no ha escarmentado o sigue creyendo que los niños vienen de París (donde, por cierto, sí llega el dinero de Catar). Las llamadas al jeque para que diga lo que quiere hacer del club han caído en saco roto una tras otra, porque simplemente él no está en un mundo real y cree que los impuestos no afectan a los futbolistas (aquellas fichas mastodónticas en 2011), que la legislación se puede saltar a la torera (con sus proyectos cuando llegó) y que puede faltar a quien desee, sean el alcalde o los policías. Y no le interesa mover ficha, ya que él y sus hijos viven hoy por hoy del Málaga. Mientras las instituciones sigan con sus medias tintas y los aficionados no reaccionen y piensen en el ascenso antes que en el descenso, seguiremos sumidos en un engaño permanente. Ténganlo claro: perderán Málaga y el Málaga, perderemos los malagueños y los malaguistas. A él, a Al-Thani, y a sus hijos ya les da todo igual. Mientras no les quiten el chollo...

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